En el año del Bitcoin, la Uberización o de Tabarnia, cada vez más gente ha incorporado a su vocabulario términos como IPA, IBU o dry-hopping. Estamos hablando de la revolución de las cervezas artesanales o el movimiento que los americanos definen con el término craft. Para algunos ya supone la nueva burbuja que estallará tras la resaca de la invasión de los ultracuerpos en forma de gintonics, para otros es sólo una moda que pasará tan rápido como los hipsters afeiten sus barbas, y para muchos otros es sólo otro tema recurrente que proporcionará tardes de gloria a los cuñaos que se acodan en las barras de los bares dando lecciones magistrales de cualquier tema que desconocen. Pues bien, ni una cosa, ni la otra ni la de más allá. El mercado de la cerveza artesanal en España parece que ha llegado para quedarse, alcanzado este 2017 una cifra escandalosa, mareante, un auténtico récord: el 1% del mercado cervecero.
Una gota en un océano de cerveza
El consumo per cápita de birra en España fue, en 2016, de 46,6 litros, y en este 2017 seguramente ronde los 50 litros (como siempre, unos bebemos más que otros, se lo aseguro), 20 litros menos que la media europea, y muy lejos de los 143 litrazos de cerveza que trasiega cada habitante de la República Checa. Eso supone que cada español se toma al año el equivalente a dos cañas de cerveza artesanal —¡no es para tanto!—, sin embargo el fenómeno emerge con tanta fuerza que muchas de las marcas mainstream se han lanzado a elaborar ediciones especiales de sus cervezas bautizándolas con nombres menos industriales como Maestra, Barrica, Reserva, 1906, Selecta, Manila… e incluyendo en sus etiquetas referencias a sus maltas o los lúpulos con que las elaboran, para responder al impacto social del movimiento craft. De hecho, la potente Mahou-San Miguel ya participa a través de Cervecera Independiente en hasta el 30% del accionariado de míticas marcas craft estadounidenses, como Founders o Avery Brewing, también se hizo con el 25% de la bilbaína La Salve y con el 40% de la originalísima Nómada Brewing. Por su parte, la pionera artesanal madrileña La Virgen fue adquirida por el gigante AB InBev, tras engullir ésta a SABMiller y crear la mayor compañía cervecera del mundo, o la poderosa holandesa Heineken adquirió el 50% de las acciones de Lagunitas Brewing Company, la quinta mayor cervecera artesanal de Estados Unidos por volumen.
De un garaje hasta el infinito
El movimiento craft, que nació en los años 80 en EE UU, un país tan aficionado al do it yourself en el garaje de tu casa, llegó con un par de décadas de retraso a España, pero sin duda lo hizo con fuerza. En el país de Trump, según la American Brewers Association, el mercado craft alcanza una cuota del 12,3% en volumen y del 22% en valor económico, creciendo cerca del 7% anual, aunque ha tenido años, como en 2014, que rozó el 20% de crecimiento…. En Italia las artesanales representan alrededor del 5% del mercado. En nuestro país el mercado tiene la particularidad de que hay más apego que en los Estados Unidos a las marcas tradicionales, muchas veces por cuestiones regionales. Aquí siguen reinando en las barras de los bares Mahou-San Miguel, Damm, Cruzcampo-Heineken, Estrella Galicia, La Zaragozana y Compañía Cervecera de Canarias, pero a pesar del dominio del mercado de estas grandes marcas, las artesanales se van abriendo camino, acariciando ya una cuota de mercado del 1% y tienen todavía mucho margen para el crecimiento. Eso sí, hay que reconocer que en la última época se ha producido un boom, por ejemplo, desde 2005 a 2015 las microcerveceras artesanales en nuestro país pasaron de 5 a 406, y en 2016 llegaron a estar registradas 483, aunque muchas de ellas con un comercio muy local. La selección natural hará que en un futuro sobrevivan las mejores, las que más se profesionalicen, y el mercado se estabilice, pero el fenómeno parece que ha venido para quedarse.
La bebida más democrática
La pregunta que también se hacen muchos escépticos es si la premiumización del mercado cervecero puede convertir a esta espumosa y dorada bebida en el vino del siglo XXI, llegando a tropezar en los mismos tics que han hecho del éste un producto elitista, para grandes entendidos y muy dado a sufrir el esnobismo de los ejércitos de foodies que se mueven por el mundo en busca de las mejores añadas a precios prohibitivos. La cerveza, sin embargo, es una bebida más democrática, más accesible a todos los mercados, más joven, más asociada a la working class, a la cultura popular, al deporte… Porque, ¿hay algún hincha en el mundo que prefiera ver a su equipo en una final de Champions armado con una delicada copita de vino en la mano en vez de con una jarra o una pinta de cerveza?
Las mejores cervezas de 2017
Así, después de celebrar el buen comportamiento que han tenido las cervezas —ya sean artesanales o industriales— durante este año, y deseando que en este 2018 que entra podamos disfrutar de muchas más, os dejamos aquí la mítica lista de Lo Mejor del Año en lo relativo a birras, elegidas en Londres por un jurado de 100 expertos que prueban casi 2.000 cervezas de 36 países para repartir los World Beer Awards —los Oscar de las cervezas— en ocho categorías diferentes.
And the winners are:
1. Mejor Cerveza Oscura: Novo Brazil, Cookie Muncher (Estados Unidos).
2. Mejor Cerveza Saborizada: Surtur (Islandia).
3. Mejor Cerveza Lager: Bauhöfer, Ulmer Pilsener (Alemania).
4. Mejor Cerveza Pale: Cameron’s, Where the Buffalo Roam Barleywine (Canadá).
5. Mejor Cerveza Sour: Rügener Insel-Brauerei, Seepferd (Alemania).
6. Mejor Cerveza de Especialidad: Hook Norton, Red Rye (Reino Unido).
7. Mejor Cerveza Stout & Porter: Hideji-beer brewery, Kurikuro (Japón)
8. Mejor Cerveza de Trigo: Hirsch, Hefe Weisse (Alemania).