El Wanda Metropolitano, escenario del derbi de mañana, se levanta sobre un yacimiento de sepiolita, un mineral que se emplea, primordialmente, para fabricar camas sanitarias para gatos y como material secante, y cuya toxicidad es un asunto de debate en la comunidad científica. La sepiolita forma parte de la familia de los minerales fibrosos, entre los que se encuentra el amianto, altamente cancerígeno, y otros como el talco y el yeso, que habían sido considerados inocuos hasta que recientes estudios los han relacionado con diferentes enfermedades.
Es obvio que la presencia de la sepiolita en el subsuelo del Wanda no explica la incomodidad de los aficionados del Atlético con su nuevo campo, pero está en el origen de algunos de los achaques que sufrió la vieja Peineta. En 1998 se detectaron grietas que afectaban a la estructura del estadio. El entonces Director General de Deportes, Julio Legido, admitió que los fallos estaban relacionados con la mina de sepiolita que se encontraba a 40 metros de profundidad y que obligó a gastar seis millones de euros más de los presupuestados para profundizar la cimentación. A pesar de todo, y a causa del terreno arcilloso, se produjeron hundimientos en el lado oeste de la plataforma y en la zona noroeste del muro perimetral.
La sepiolita es un mineral muy común en el centro de la Península Ibérica. La Comunidad de Madrid cuenta con los yacimientos más importantes de Europa Occidental, que se extienden bajo una franja de suelo rústico-forestal limitada por las vías férreas de la estación de clasificación de trenes de mercancías de Renfe en Vicálvaro, la autopista de Barcelona, el barrio de San Blas y la carretera de Vicálvaro a Coslada.
Quienes defienden que la sepiolita es un mineral sospechoso de toxicidad aseguran que posee algunas características similares a las del amianto, por lo que resultaría desaconsejable que la población estuviera sometida al polvo en suspensión que genera su extracción a cielo abierto. Quienes sostienen lo contrario argumentan que ningún estudio ha podido demostrar que la sepiolita tenga un efecto negativo en la salud de los habitantes próximos a las minas.