Pasé de jugar un día con Messi y Cristiano Ronaldo a verlos por la tele desde el sofá de mi casa. Ese momento es muy duro”, cuenta Álvaro Arroyo. “Crees que has llegado a lo más alto y de pronto bajas en picado y te quedas sin equipo“, recuerda Alex Pérez.

La vida de un futbolista profesional no siempre es tan bonita como parece. La línea entre la gloria y el sofá de casa es, en ocasiones, demasiado fina; puede recorrerse de un día para otro. Lo saben bien Álex Pérez (Madrid, 1991) y Álvaro Arroyo (Madrid, 1988), dos buenos amigos que hace no tanto vieron cómo se les escapaba el sueño del fútbol profesional y que este domingo vuelven a enfrentarse en un campo de Segunda División defendiendo la camiseta de sus respectivos equipos, el Sporting de Gijón y el Albacete.

Siempre habían querido ser futbolistas, como casi todos los niños, pero llegar no era fácil. Ambos lo consiguieron con mucho esfuerzo, disciplina y el apoyo incondicional de sus familias. A Álex Pérez le dieron la oportunidad con 17 años dos leyendas del fútbol, Michel y Esnáider, que le llamaron para enrolarse en el primer equipo del Getafe. Allí conoció a Álvaro Arroyo, que había debutado en Primera nada menos que en el Camp Nou. El Getafe les cedió al Huesca y al Alcorcón . Cuando en la temporada 2014-2015 el club decidió prescindir de ellos, el cierre del mercado estaba ya muy cerca y las circunstancias del mismo les dejaron en fuera de juego. Se quedaron sin equipo.

Alex Pérez.
Alex Pérez.

Hasta que el padre de Álex, José Manuel, fundamental en la carrera de su hijo, decide llevárselo un jueves al campo de La Chopera, en el parque del Retiro, a jugar un partido en el que él participa desde hacía años. El alma mater de esos encuentros es el periodista de la Cadena SER Carles Francino, que desde hace una década convoca cada semana en torno a un balón a un grupo de aficionados al fútbol. Hay periodistas con muchos kilates, como Álex Grijelmo, Nicolás Castellano, Fermín de la Calle, Carlos Marañón, Paco Grande, Nacho Carretero, Pedro Zuazua, Edu Pidal, Juan Córcoles… y un amplio elenco de actores, como Eduardo Noriega, Daniel Guzmán, Javier Pereira o Ricardo Gómez. Los miembros de esta liga casera pueden presumir de tener ya dos premios Goya (los de Guzmán y Pereira) y también, con mucho orgullo, de haber integrado, durante algunos meses, a dos jugadores profesionales, como Álex Pérez y Álvaro Arroyo, porque cuando el primero probó, con su padre, el fútbol de La Chopera, invitó enseguida a su amigo.

En La Chopera, periodistas y actores se dieron cuenta solo viéndoles calentar de que las dos nuevas incorporaciones pertenecían a otra liga, la que sale por la tele y tiene patrocinadores en las camisetas y fans en las gradas. Pero ninguno quiso regalarles nada, ni un recorte de más, ni una porrita a la galería. En la Chopera no se da, se compite, y cada uno usa sus armas: si hay que rascar, se rasca. Pierna dura siempre, con nobleza y muchas horas de fútbol. Álex Pérez y Álvaro Arroyo se dieron cuenta pronto y empezaron a soltarse.

La Chopera les ayudó a que no dejaran de sentirse futbolistas. “Fue un desahogo en el peor momento porque en todo el rato que duraba el partido yo no pensaba en nada de lo que me estaba pasando, dejaba todos los problemas de lado”, cuenta Álex Pérez. “Es un grupo fantástico. Hice muy buenas amistades, aprendí de ellos. El fútbol es fútbol, se juegue en el Bernabéu, en El Molinón o en La Chopera. Y yo me acuerdo muchas veces de aquellos partidos, de aquellos días. Para mí es una forma de motivarme, de sacar fuerzas”, cuenta poco antes de volver a enfrentarse a su amigo Álvaro en un campo de Segunda División.

Álvaro Arroyo.
Álvaro Arroyo.

“A mí me dieron la vida”, añade Álvaro Arroyo. “Todos los días en La Chopera aprendí algo. Nunca lo viví como un paso atrás, todo lo contrario. Hicieron que me mantuviera en forma, que pudiera volver a la competición. Solo tengo buenos recuerdos y les agradezco de corazón lo bien que nos trataron”.  La Chopera les sirvió como una suerte de pretemporada y como algo más, porque volvieron a la liga profesional, pero nunca abandonaron el grupo de Whatsapp donde Francino sigue convocando cada jueves a periodistas y actores a jugar una pachanga en El Retiro.

“Este domingo, cuando Álex y yo nos veamos otra vez juntos, nos haremos una foto para enviarla a los amigos de La Chopera. Hablamos muchas veces de esa época. Allí hay tan buena gente, tan buen ambiente, que es imposible olvidarlo y los dos tenemos muy presente que aquellos partidos nos han ayudado a estar aquí”.  Nadie en La Chopera se va a perder el Albacete-Sporting de este domingo. Y seguro que más de uno presumirá: “Con ese jugué yo”.

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