jueves, diciembre 5, 2024
Google search engine
InicioCulturaSeriesPor qué Stranger Things es una serie de culto

Por qué Stranger Things es una serie de culto

Por qué nos fascina Stranger Things? Me lo pregunté después de ver la primera temporada y me lo pregunto ahora, finalizada la segunda. La respuesta más socorrida será aludir al guión, principio y final de todas las cosas. Sin embargo, mi curiosidad sigue sin darse por vencida: ¿Qué nos fascina del guión? Una mayoría de los encuestados (si los llegara a encuestar) se decantarían por la ambientación ochentera. La nostalgia suele ser una receta infalible. Otros mencionarán la historia de miedo-terror mezclada con alienígenas, otra fórmula de éxito demostrado. Desde que La invasión de los ladrones de cuerpos nos marcó la infancia (debo recomendársela a Filipe Luis), los argumentos que incluyen posesiones extraterrestres resultan cautivadores, especialmente cuando se acompañan de esencias ochenteras, pienso ahora mismo en V (aquella lagarta) y en Alien (aquella Sigourney). También es posible que una tercera vía de opinadores apunte a la amistad entre chavales y al amor que asoma como el ingrediente secreto.

Pero no es suficiente. No para mí. Es obvio que la tarta de Stranger Things cuenta con una porción de cada. Sin embargo, en mi opinión, lo que eleva la serie hasta convertirla en serie de culto es el tono, la inocencia que destila quizá por ser una producción que nació menor, sin más estrella que una actriz que ya había dejado de ser estrella, Winona Ryder (la amé tanto).

La inocencia es la clave y debo decir que la inocencia era una virtud muy ochentera, al menos en el cine, al menos en mi cuarto. La inocencia y su pérdida, para ser más exactos. De eso se habla en Cuenta conmigo (1986), que es una película íntimamente relacionada con Stranger Things. Y salto a otro factor que creo fundamental, también presente en Cuenta conmigo, el humor. Y no me refiero al humor como resorte para provocar risa, sino al sentido del humor y, dentro de esa categoría, al humor infantil, tan divertido como inocente. Es por esta razón y por ninguna otra que Dustin (Gaten Matarazzo) termina por convertirse en protagonista principal de Stranger Things, aunque la historia sea decididamente coral.

Desde ese eje se construye lo demás, y se construye con pilares de catedral. Hay que tener mucho talento para crear Stranger Things, pero hay que ser muy listo para entender que la segunda parte no debía dar rienda suelta a los directores, sino a los personajes que más habían volado en la primera, la secuela era suya. Hablo, naturalmente, de Eleven, Hopper y Dustin. Esa elección demuestra que no había nada de carambola en el éxito de la primera parte. Los hermanos Duffer, quienes diablos sean (tengo tendencia a odiar a los tipos que me hubiera gustado ser y en este caso odio el doble), son una pareja de genios que tienen, entre otros méritos, el de haber retratado los años 80 cuando sólo los transitaron con pañales (nacieron en 1984). Tanta es mi admiración que hasta les perdono la vulgaridad de los demodogs, enésima demostración de que el principal obstáculo que debe superar una película de alienígenas son los alienígenas mismos. Si no me importa lo que en otras películas me importa tanto, es porque llega un momento en que los bichos ya no importan nada. Importa Eleven, importa Hopper, importa Dustin e importa Max, deslumbrante aportación (y no olvido el crecimiento del personaje de Steve). El resto es guarnición, y lo digo sin faltar porque ya saben lo buena que es la verdura.

Lo que sucede en el Snow Ball al final del relato no hace otra cosa que culminar una serie inolvidable. Quienes se escandalizan por el beso de unos chavales de quince años tienen muchas ganas de escandalizarse. No veo inconveniente alguno en que los Duffer ocultaran a los chicos que las escenas terminarían con beso. No se me ocurre mejor forma de conservar la frescura y la espontaneidad. No hay nada perverso en ello, salvo para aquellos que vienen con la perversión incorporada. Quince años, no sé si se recuerdan con esa edad. Yo sí. Y hubiera dado cualquier cosa por tener cerca a Eleven, Dustin, Hopper… o a uno de los Duffer.

Juanma Trueba
Juanma Trueba
Periodista, ciclista en sueños, cronista de variedades y cinéfilo (sector La La Land). Capitán del equipo para que le dejen jugar. Después de tantos años, sigue pensando que lo contrario del buenismo es el malismo. Fue subdirector del diario AS hasta que le tiraron del tren. Luego se lanzó a una aventura a la que puso por nombre A la Contra. Y en ella sigue.
RELATED ARTICLES

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

- Advertisment -
Google search engine

Most Popular

Recent Comments

Perikorro en Con contundencia
Alberto Patiño Varela en Los antimadridistas
Xavi Verger en Vinicius saca el cañón
Perikorro en Vivos con Fati-ga
Diego en Los sufridores
Diego en Viva el rey
Juan De Dios Luna Cijanes en La posesión y los tulipanes
Perikorro en Minority Report
Dr en Las viudas
Diego en Las viudas
Perikorro en Las viudas
Perikorro en Gaspartismo Reloaded
Diego en Viva la Vuelta
Dr en Viva Irlanda
Diego en Viva Irlanda
Diego en Decíamos ayer
Diego en Paz y amor
Dr en Paz y amor
Diego en Paz y amor
Diego en Vuela Supermán
Diego en Vuela Supermán
Diego en El trampolín
Perikorro en Salvar a Barrabás
Coral en Truman
Jose Avellaneda Perez en Los ídolos
María en Calles vacías
Amiguel en El pendejo de turno
Silvia Nebreda en Palabras y lágrimas
Manitu69 en This is Atleti
Alejandro Rincón Rubio en ¿Es Jovic un mediapunta?
Diego A. en Elogio de la locura
Juan De Dios Luna Cijanes en Efectividad máxima
Alfrez en Oda al populismo
Alfrez en Oda al populismo
Diego en Oda al populismo
Manitu69 en Oda al populismo
Fiodor Dostoievski en ¿Suerte o talento?
EUGENIO JORDAN en El cisne blanco
Frank Terraces en Historia del segundo Atleti
Hassandudeim en Historia del segundo Atleti
Perikorro en Aquí un Zidanista
Hassansudeim en Fichar a Descartes
Frank Terraces en Fichar a Descartes
Michael en Nacho y la tristeza
Irene García en Entre cero y nada
Roberto Gómez González en Entre cero y nada
Hassansudeim en Primeras impresiones
Rafael Sánchez Sánchez en Correa, Oblak y feliz año nuevo
Juanma Jiménez en Sólo fútbol
Jules en Sólo fútbol
Che en Trigo limpio
Gracias Faubert en Trigo limpio
Hassansudeim en Trigo limpio
Xabier en Trigo limpio
Juan carlos en Trigo limpio
Óscar Laguna en Ansiedad
Juan De Dios Luna Cijanes en El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos
Joan Del Valle en El tamaño importa (y mucho)
Jose Carlos Torrenova Lozano en Mucho más importante que todo eso
Pascual Vicente Martínez Gimeno en Dos años A La Contra
Vicente Martin-Pozuelo Cantos en Good Bye, Lenin!
yerry en Don Cenizo
IGWT en Relatividad
Manitu69 en Hacerse viejo
Tony en Don Cenizo
Juan De Dios Luna Cijanes en Grandes éxitos de ayer y hoy
Esuardo en Don Cenizo
Juan De Dios Luna Cijanes en Victoria sin identidad
Frank Terraces en Bendita normalidad
Francisco en Victoria sin identidad
Julián Martín Fernández en Rodrygo hace viejo a Vinicius
J. J. Creamer en Los héroes de Bowie
Joselito en Éxito sin cimientos
Juan de Dios Luna Cijanes en Ansufatización
Juan De Dios Luna Cijanes en El ciclismo se ablanda
Frank Terraces en Desapego
Juan De Dios Luna Cijanes en Movistar no se rinde
Juan de Dios Luna Cijanes en Queremos tanto a Roglic
Frank Terraces en Hace dos meses
Juan De Dios Luna Cijanes en Nada por aquí, Neymar por allá
Juan De Dios Luna Cijanes en Hoy me he acordado de Lucho Herrera
Juan De Dios Luna Cijanes en Un colombiano en la luna
Juan De Dios Luna Cijanes en El Tour se achica ante Bernal
Juan de Dios Luna Cijanes en Bernal rompe el cielo
Juan De Dios Luna Cijanes en Bernal quiere el Tour
Eberhard Torres Calderón en Cuarenta años de La vida de Brian
Juan De Dios Luna Cijanes en Pinot quiere el Tour y Mikel Landa no se rinde
Frank Terraces en El Atlético más merengue
Juan De Dios Luna Cijanes en La suerte dispara contra Landa
Diego en El fugitivo
Diego en Sopor de France
Juan De Dios Luna Cijanes en El Talento Desperdiciado I: George Best
Juan De Dios Luna Cijanes en Friedenreich: Pelé antes de Pelé
Frank Terraces en La Feria de la Carne
Frank Terraces en El altar de Pérgamo
Juan De Dios Luna Cijanes en Ni cinco de bola
José Antonio Gutiérrez en No cambies tus sueños, cambia el mundo
Antonio Lopez Lobeto en Los doce trabajos de Hércules
Francisco Pedrajas Raya en Ramos-Florentino: Pimpinela en el Madrid
Antonio Lopez Lobeto en Mi pájaro es mejor que el tuyo
Stockton en Bon voyage
Juan De Dios Luna Cijanes en El problema del Barça es el relato
Perikorro en Tantas mareas, marean
Perikorro en No me gusta el cricket
Carmelo en La venda ya cayó
Antonio Jesús Zarza Moreno en ¿Marino o submarino?
Lorenzo Dominguez Sanchez en Gracias, Florentino
Joaquín en Camino a Vitoria
Robert Lee en El que se va, ya no es
victor martín marron en Quiten de ahí a esa loca
Martín Vallejo platero en El borde de la piscina
Diego en Gracias, Johan
jose antonio medrano en Gracias, Johan
Jorge Florido en Gracias, Johan
Javier en Gracias, Johan
Esteban en Gracias, Johan
Fran en Gracias, Johan
5contraelcalvo en Esperando a Zidane
Perikorro en Esperando a Zidane
Elaine Cristina en Casillas, el homenaje pendiente
Tomás Luis de Victoria en No, lo ponemos todo al centro
Tomás Luís de Victoria en Casillas, el homenaje pendiente
Lucas en Benzema FC
Carlos Antonio Suárez fornelino en Jugarse «nada»
Antonio Lopez Lobeto en Siete equipos para tres descensos
Víctor Raúl Valladares en El Real Madrid se queda solo
IÑAKI ASENSIO CALATAYUD en Ter Stegen, el portero de la T-10
José Ramón García en Ilusión en el nuevo White Hart Lane
JOSE ANTONIO FERNANDEZ PLAZA en Héctor del Mar, tal como éramos
Lucas en Oh, capitán
José Luis Heras en Usted tiene el faro roto
Juan J Rodriguez en Usted tiene el faro roto
Jairo Castillo en El Madrid de la triste figura
Rod en Au revoir
Cristian Galván en Motociclismo e hipocresía
Hassansudeim en La trampa perfecta
Juan De Dios Luna Cijanes en La trampa perfecta
Antonio Lopez Lobeto en Cuestión de fe
Martín Vallejo platero en Marcó Isco, ganó Zidane
Eliseo en Vuelve Zidane
Juan De Dios Luna Cijanes en La esperanza
Juan de Dios Luna Cijanes en La muerte del emperador
Maria Jose en Tropismo
María Jesús en Tropismo
Antonio Lopez Lobeto en El amor no siempre gana
SanEmeterio For Atle en Bienvenidos al espectáculo de minstrel
Elaine Cristina en El empate perfecto
Sergio Alberruche en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Sergio Alberruche en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Sergio Alberruche en La revancha perpetua
Antonio Lopez Lobeto en Al límite de la filosofía
Juan de Dios Luna Cijanes en La ley del mínimo esfuerzo
Antonio Lopez Lobeto en Milagro Kvitova
Carlos Leo Castellanos en Cristiano ya no va de farol
Marcos Da Silva en El tamaño importa (y mucho)
Antonio Lopez Lobeto en Promesas que todavía lo son
Gustavo Del río manzano en Quince años sin el mejor: Chava Jiménez
ROSA MARIA cuesta guerrero en A propósito de Laura
Irene García en Vidrio roto
AA - Rod en Vidrio roto
Juan Luna Cijanes en Solari y la teoría del melón
Antonio Lopez Lobeto en El valor de las palabras
Raúl Ávila en El traje de toda la vida
Miguel Morán en Godín es El Cid Campeador
Ricardo Moreno Castillo en La adolescencia duele
Aminie Filippi en La adolescencia duele
Miguel Angel Hidalgo Mena en Historia de un superviviente
Alfrez en Por los cojones
Paulino en Por los cojones
ROSA MARIA cuesta guerrero en La adolescencia duele
Luis Miguel en Y el presidente, ¿qué?
Oscar Redondo Callado en Tour 2019: Un espanto de recorrido
Santiago Peraza en A LA CONTRA, primer aniversario
Teddy Sagarrasantos@hotmail.com en Bienvenidos al mágico mundo de Oz
Conchita Minguez en Cinco apuntes para seis carreras