En la red, la segunda búsqueda de David Silva habla de su cabeza, por qué se ha rapado… Debería ser por su talento. El jugador canario ha cerrado a un acuerdo con Aitor Begiristain , director deportivo del Manchester City, para renovar dos años más su contrato con el conjunto inglés, que expiraba al termino de la próxima temporada, el 30 de junio de 2018. Se cumple así el deseo de ambas partes de prolongar el acuerdo que comenzó al final del Mundial de Sudáfrica, allá en 2010.
El fútbol del de Arguineguin en el Etihad se renueva por principios. Está escrito en azul. “Jugaré diez años en el City”, dijo hace poco Silva, en una declaración de estilo. Simboliza mucho. Por ello, esta renovación tiene mucho de simbólica. En Inglaterra, donde ya no se respeta nada –van cinco entrenadores cesados desde que comenzó el curso- , Silva asume el compromiso de un tránsito inaudito, que puede trascender, dada la situación, incluso al Kun. No se lo regala un jeque, se lo ha ganado a pase de gol. Y es todo un guiño a una manera de entender el juego.
A veces Xavi, a veces Iniesta, siempre Silva. David fue, de largo, el primer futbolista del Manchester City en entender a Guardiola cuando aterrizó la pasada temporada. “Le bastó un charla para asumir la idea, para saber qué quería Pep”, cuentan en el staff. Sencillamente, Silva vuelve cuando otros van. Él ya se había fijado en cómo jugaba el Barça de Guardiola y la había tocado con la Selección española rodeado de Piqué, Puyol, Alba, Busquets, Xavi, Iniesta, Pedrito, Fábregas o Villa… Con ellos había sido Messi en un memorable partido en Alicante contra Escocia, por ejemplo. Jugó con ellos y a todos los miró cara a cara siempre por derecho. “Se va al City, pero era para el Barça”, se escuchó a Xavi una tarde en Sudáfrica. “Es muy listo y muy valiente. Si no sabes que hacer con la pelota, te la pide”, siempre le elogió Busquets. “Es un futbolista con mayúsculas” le resumió Iniesta. 118 veces internacional con España, 89 de ellas titular.
En su día, Florentino Pérez, pura visión, no le quiso para el Real Madrid. Al darse cuenta de su error, hizo lo habitual: trató de ensuciarle. No pudo. El balón no se mancha. Tan valiente fue siempre David que no temió a una cesión al Éibar. Tan bien jugó, que enamoró a Fernando Vázquez, que le ofreció incluso que se casara con su hija. Tampoco le tuvo miedo a una oferta del City. Listo, lo primero que hizo fue llamar a su amigo David Quintana, un tipo de su misma calle en Las Palmas que hacia ocho años se había mudado, por amor claro, a Birmingham. “Hermano, me voy a Manchester. ¡Échame una mano!”. Y se subió a un avión. Su colega le echó tres manos y más para instalarse en Manchester, y ya no le faltó de nada. Txiki acabó fichándole para el club cuando descubrió quién era el crack de los dos. Del club apenas necesitó que le calentaran las botas antes de los partidos para integrarse a la Premier, le bastó para pedirla y tocarla y empezar a repartir asistencias al Kun –nadie le ha dado mas pases de gol- y al resto del equipo .
Aunque a Guardiola le lleven los demonios cuando le ve pararse en una transición defensiva, sabe, y lo ha dicho en sobremesas , que pocos futbolistas son capaces de leer un partido, interpretarlo y jugarlo como le ha visto hacerlo a Silva. “No entiendo que en ocho años haya sido escogido una sola vez jugador del mes en Inglaterra. Pero esto es Inglaterra así que debería entenderlo” dijo la temporada pasada Pep tratando de asumir la sinrazón, la injusticia para con un tipo que lleva 232 partidos con el City, 215 de titular, que ha marcado 40 goles y ha dado 72 asistencias, generando 639 ocasiones de gol , además de sumar 13.865 pases completados, con un acierto del 87 por ciento y ha recuperado 1149 veces el balón.
Canario esquivo, desconfiado, ha sido parte de la mejor generación del fútbol español, y aunque le ha tocado vivir a la sombra a veces de Xavi y a veces del Kun, motivo que le ha negado focos, por su talento nadie le puede mirar por encima del hombro. Supo mancharse de barro en Éibar con la misma dignidad que ganó un Mundial, dos Eurocopas dos Premiers y se ha ganado una renovación que le llevará a jugar 10 años en el City. Con todo lo que eso significa.…
Lo ha ganado todo, jugándolo todo, y ahora, se ha ganado una renovación que extenderá su idilio con los citizens hasta la década (si es que mañana no se pelea con el club y rompe el pacto, que ya esta cerrado, que nunca se sabe). Con todo lo que eso significa.… Será el único mito español en sky blue y no es casual. Ya lo dijo Summerbee: “No vi nunca a nadie como David”. Por eso, 10 años de Silva siempre serán pocos en el Etihad.