Nadie se imagina un Mundial sin Italia. Nadie. Y mucho menos un Italiano. Por eso durante estos días previos a los partidos de repesca contra Suecia, se respiraba un clima de nerviosismo e incertidumbre. Nadie quiere plantearse la hipótesis de una competición así de importante sin la Nacional transalpina, pero los fantasmas de la eliminación están en la cabeza de algunos. Por supuesto no en la del seleccionador Ventura, que calificó de catastrófica una eventual ausencia de Italia en Rusia el próximo verano. Tampoco en la de los jugadores, que han ido expresando su optimismo en las diferentes declaraciones a los medios. Pero un partido como el visto ayer en Suecia no hace más que dar la razón a las corrientes más pesimistas.
Durante la primera parte Italia no dio señales de merecer llevarse el partido. Tuvo solo una ocasión clara en el minuto 6 por parte de Belotti, que se fue por poco. Después de esto, fue Suecia la que llevó la voz cantante creando diversas ocasiones de peligro, ya sea con balones largos o contras bien llevadas. Los suecos demostraron ser más fuertes físicamente, ganando casi todos los duelos en el centro del campo gracias a Larsson y Ekdal. Tras el descanso, los italianos salieron mucho más motivados y durante 15 minutos metieron en dificultad a la defensa contraria gracias sobre todo a los centros de Candreva.
Los suecos empezaron a jugar como ya habían avisado que harían, más agresivos, y de esta manera lograron sacar de sus casillas a los jugadores italianos, que se quejaban continuamente de las decisiones del árbitro. En este contexto llegó el gol de Suecia. Un tiro sin peligro de Johansson desde fuera del área que se convirtió en imparable debido a un rebote en las piernas de De Rossi. A partir de este momento, Italia dominó la posesión, pero, una vez el palo y otras veces la gran defensa de los suecos, impidieron la ansiada y buscada remontada. Ventura además se lamentó de la permisividad del árbitro en ciertos momentos del encuentro, y, aunque no cargó toda la responsabilidad de la derrota a este hecho, hizo un llamamiento para que en Milán no suceda.
Aunque Italia no se queda fuera de un Mundial desde el año 1958, los fantasmas de la eliminación son ahora más y más grandes. Se respira un clima tenso y de desilusión que, por otra parte, no impedirá que las gradas de San Siro se llenen con más de 50.000 voces dispuestas a alentar al equipo. Aficionados, periodistas y expertos esperan una Italia mas concreta, con un juego más fluido y peligroso. De momento, es seguro que el once inicial tendrá que cambiar ya que Verratti, que estaba apercibido, vio una amarilla y se perderá por tanto el decisivo partido en Milán del próximo Lunes.
Con ese centro del campo seguro que no van
Falta alguien qué organize