El Real Madrid ultima la contratación del portero del Athletic Kepa Arrizabalaga y a nadie parece sorprenderle ni lo más mínimo que el campeón de Europa busque un sustituto para Keylor Navas, de 30 años y portero titular en el equipo que ha ganado las dos últimas Champions, añadan la última Liga por si les parece poco. ¿Por qué no gusta Keylor Navas?
En conversación con un colega de Costa Rica me contó la indignación que provoca el caso en su país, donde se cree que Keylor es víctima de un doble problema, el racismo y el nacionalismo. Así lo escribía Jacques Sagot en La Nación el pasado mayo, al calor de los rumores del fichaje de David de Gea: “Y sí, creo que en la salida de Keylor del Real Madrid hay un componente de racismo y de nacionalismo enfermizo, degenerativo. El machito, pajizo, debidamente caucásico De Gea es un portero ordinario. (…). La verdad de las cosas es que Navas está en un nivel que sólo admite la competencia de Courtois, Neuer y Buffon. (…) Irresoluble paradoja: el equipo universal, ecléctico, cosmopolita, apátrida por excelencia, quiere a toda costa contar con el portero de La Furia”.
Es evidente que el estimado compañero Sagot arrastra en su discurso los mismos prejuicios que pretende denunciar, pero la indignación no se le puede discutir. Ni rebatir. Además, viene de lejos. Cuando en 2005 el Real Madrid intentó desprenderse de Keylor Navas para fichar a David de Gea, operación frustrada porque la notificación llegó fuera de plazo por minutos (el portero ya se encontraba en el aeropuerto para volar a Manchester), en Costa Rica se lo tomaron como un asunto personal. O mejor aún: como un asunto nacional. Se dijo (nuevamente en La Nación) que “el Real Madrid no había estado a la altura de su historia” y se culpó directamente a Florentino Pérez.
Si la herida no se cerró nunca es porque siempre ha permanecido abierta. Después del incidente del 1 de septiembre de 2015, los rumores sobre un cambio en la portería se han repetido cada cierto tiempo, con independencia del rendimiento de Keylor, que casi siempre ha sido óptimo. El pasado mes de enero, camino del doblete, Zidane tuvo que salir en su defensa: “Estuvimos cuarenta partidos sin perder con él”. El 25 de febrero volvió a insistir en su apoyo: “Confío en Keylor”. En el mes de junio, después de ganar la Champions, el entrenador se unió a Sergio Ramos para reclamar la continuidad del portero costarricense, amenazado de nuevo por el traspaso. Ellos también parecían hacerse la misma pregunta: ¿Por qué no gusta Keylor Navas?
Si analizamos la cuestión, advertimos que hay varias bazas que juegan en contra de Keylor. La primera es que es un futbolista poco mediático, ya sea por su forma de ser (básicamente educada) o porque Costa Rica es un país que no llega a los cinco millones de habitantes. Y ya sabemos que en el Real Madrid el componente mediático tiene una relevancia estratégica.
Siendo lo anterior importante, considero que existe una razón superior. La portería del Real Madrid se ha vuelto maldita desde que Casillas, ídolo del madridismo desde la adolescencia, fue expulsado del club, acusado de las mayores infamias. Y no hablo, naturalmente, de un malditismo esotérico. Me refiero, más bien, a una mancha que se extiende por algunas conciencias y desde allí alcanza a la portería. Lo lógico es que los que repudiaron a Casillas celebraran el éxito de Navas. Sin embargo, después de tanto entrenamiento en el odio al portero ya no es posible mostrar admiración por su sustituto. Lo que prevalece es el deseo constante de un guardameta nuevo, sea quien sea.
No es racismo, queridos amigos de Costa Rica. Me niego a pensar que la pigmentación es un problema en estos tiempos y en este club. No lo fue con Ronaldo (Nazario) ni lo es con Marcelo, ni lo ha sido con Vinicius, la perla brasileña. Y tampoco es una pulsión españolista; el Real Madrid ha tenido pocas en los últimos años. Es, simplemente, que nada satisface, que se dispara contra fantasma de Iker y se impacta en el cuerpo de Keylor.
O que os representantes do Club Real Madrid permitiram que se fizesse com Iker foi horrível, ninguém, ninguém do club o defendeu, nem por um minuto, nem por um segundo, portanto o que queriam era que ele fosse embora.
Saludos desde Brasil