Cuando mi amigo Darren me llamó y me preguntó si quería ir a ver Interstellar live, yo pensé, ¿live? ¿Cómo es ver una película en directo? Dado que Christopher Nolan es mi director favorito, me puse la mejor ropa que tenía en el armario, un traje; eso sí, sin corbata. Los que me conocen saben que me hubiera gustado más ponerme una camiseta de Clint Eastwood, por si alguno por allí me preguntaba: “¿Te gusta Clint? Es mi amigo, te lo presento”. El caso es que tomé un taxi y le indiqué al conductor: “¡Royal Albert Hall, please!”. Qué bien sonó eso.
Nada más bajarme del taxi, me alegré mucho de haberme puesto un traje, porque me esperaba la alfombra roja. Ni qué decir tiene que pasé por allí y no escuche ni un solo clic; en ese ambiente yo era un total desconocido.
Al entrar en el auditorio entendí de qué iba el asunto: iba a asistir a una proyección de la película con orquesta en directo, lo que no sabía es que a mi lado se iban a sentar Michael Caine y Thierry Henry. Después de hablar un buen rato con ellos, tuve la impresión de estar viviendo un sueño.
La película fue presentada por el mismísimo Stephen Hawking y se preparó una charla de casi una hora entre Christopher Nolan, el compositor Hans Zimmer y los físicos Kip Thorne y Brian Cox. En esa hora explicaron la física de Interstellar, los diseños de las naves, la imagen final del agujero negro y la banda sonora. Cuenta Nolan que no dijo a Zimmer de qué iba la pelicula, simplemente le dio una parte de un diálogo entre un padre y una hija. Querían hacer algo totalmente diferente a Batman. El resto, es oro. Lo que toca Hans Zimmer lo convierte en oro.
Nada más empezar la película me acordé de por qué no había ido al cine a verla; no estaba subtitulada, obvio. Pero me di cuenta de que mi paso por Inglaterra estaba dando sus frutos y entendía todo, incluso a Matthew McConaughey, al que hasta a mis amigos británicos les costaba comprender.
Al acabar la primera parte de la película (una hora y media), se dio paso a un descanso. Nos llevaron a una sala privada y allí me presentaron al presidente de Warner Europa. Hablamos de fútbol, de nuestro querido presidente Enrique Cerezo y, como es lógico, no tardé mucho en pedirle que me presentara a Clint.
Me contaron la historia de Nolan, cómo eligieron el reparto y cómo rodaron la película, mientras a unos metros de mí observaba a Jessica Chastain. Era como si estuviera viendo los extras de un DVD, pero escuchándolos directamente de los protagonistas.
Enseguida trajeron a los hijos de Nolan, que querían sacarse una foto con Henry, y volvimos a la proyección. En ese preciso momento pensé: “A lo mejor yo también tengo que sacarme una foto con Henry o con Michael Caine, porque si no nadie me va a creer”. Pero no lo hice, no saqué el móvil, disfruté de todo con mis ojos y lo grabé en mi cerebro.
La segunda parte de la película es mucho más entretenida, se acerca mucho más a la obra maestra de Kubrick, 2001: Una odisea en el espacio. Hay escenas épicas y una fotografía espectacular. La banda sonora mantiene su intensidad, hasta que llega el momento de la canción “No time for caution”, en una escena en la que se tiene que acoplar la nave Ranger a la estación dañada Endurance. El teatro temblaba con la potencia de la orquesta. Al acabar la escena, todo el mundo empezó a aplaudir. Fue la primera vez que viví algo así en un cine, que se aplaudiera una escena.
Y todavía faltaba media hora. Y yo no deseaba que acabara, quería que esa sensación única que te produce una película con la que conectas durase más tiempo, porque sé que pasarán muchos años antes de que una película consiga cautivarme de esa manera.
Reconozco que la física de Interstellar no es perfecta. Admito que, aunque ha sido muy fiel desde el punto de vista de la astrofísica, hay errores, pero yo sólo veía lo positivo. A mí todo me parecía impecable y sentía que encajaba a la perfección. Al final, es una película de ciencia ficción y la imaginación tiene que prevalecer sobre todo lo demás.
En los segundos finales, Anne Hathaway aparece colonizando otro planeta y la pantalla funde en negro. Se acabó la película, mi nueva película favorita. El público aplaudió todo lo que duran los créditos, agradecido a Hans Zimmer y Christopher Nolan, esos dos genios que, juntos, hacen levantar a todo un cine. Yo también estoy agradecido a Hans Zimmer. Me ha hecho viajar junto con el reparto.
Después de ver más de dos mil películas, mi conclusión es que el valor de un film viene dado por el momento en que lo ves, por los sentimientos que es capaz de provocarte e Interstellar me llenó en un momento difícil de mi vida. Es más que una película de ciencia ficción, es una historia de amor entre un padre y su hija, es una historia de amor entre el hombre y la supervivencia. Es, en mi opinión, una genialidad.
Cuando llegué a casa aumenté mi lista de personas con las que me gustaría tener una foto: Clint, Federer, Hans Zimmer… De hecho, me compré la camiseta de Hans Zimmer, por si algún día, por casualidad, alguien me dice: “Es mi amigo, te lo presento”.
Excelente artículo. Coincido con la opinión sobre la película y muero de envidia imaginando cómo debió ser verla con los creadores y la orquesta.
Felicidades a Filipe Luis por la experiencia y el artículo, un gusto leerlo. Y felicidades a la página por promover esta clase de contenido.
Qué grande eres, Filipe. Has escrito un artículo que consigue englobar grandes pasiones en mi vida: el cine (y más concretamente Nolan), las bandas sonoras (y un compositor al que yo también he visto en directo, en Londres, en el SSE Arena Wembley), análisis filosófico, escritura libre y creativa, y por supuesto, el Atleti.
Admiración, me has alegrado la mañana!
Enhorabuena por el articulo Filipe! Menuda envidia me has dado con lo que cuentas, me ha gustado mucho tu visión sobre el fondo de la película y su verdadera finalidad, hablar sobre el Amor.
Sigue así crack! Un gusto leer sobre tus experiencias.
hans es el mejor
Que grande eres filipe, y que gran persona tienes que ser.
Me ha encantado tu artículo. Para mí también es una de mis películas preferidas. Me impresionó la relación del astronauta y su hija.
Sigue así Filipe, eres un crack dentro y fuera del césped.
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