Llueve en Euskadi, una fantástica noticia, pero se ciernen negros nubarrones sobre tres de los cuatros clubes vascos después del soleado año pasado, cuando Athletic, Real Sociedad, Alavés y Eibar sacaron notable alto en el examen que suspendió el vecino Osasuna. Gracias a aquel éxito, los dos primeros juegan la Europa League, competición que no disputa también El Glorioso porque el Barça no ganó el torneo liguero. El subcampeonato de Copa fue todo un logro en la vuelta a la élite. Y los de Mendilibar se salvaron con gran solvencia, como si llevasen toda su vida en Primera.
En esta temporada, no sucede lo mismo. Sólo la Real Sociedad goza de buena salud, entre otras cosas porque tiene un triángulo de futbolistas de Zubieta de altísimo nivel (Odriozola, Illarramendi y Oyarzabal), hace un fútbol decidido y atractivo de la mano de Eusebio, cuenta con un goleador importante como Willian José y a un Xabi Prieto que, como el buen vino, mejora con los años. Si no está más arriba en la Liga, es por sus lagunas defensivas, las de Rulli incluidas. Tiene el grupo europeo casi encarrilado, aunque no se puede descuidar: lo mismo queda primero si gana en Anoeta al Zenit que no se clasificarse si pierde ante el Rosenborg y los de San Petersburgo.
El Athletic está malito. Echa de menos a Ernesto Valverde y no digamos a los lesionados Muniain (cruzado) y Beñat, operado de pubalgia en Múnich. Cuco Ziganda no da con la tecla, su equipo no transmite más que a cuentagotas en San Mamés. Sin fichajes que echarse a la boca, al técnico le ha tocado rejuvenecer el plantel. Iñigo Córdoba, por fin un extremo zurdo profundo, y Kepa Arrizabalaga son las mejores noticias. Aunque lo del portero huele a chamusquina, ya que no termina de renovar. Asoma la sombra del Real Madrid y da miedo su marcha, mucho miedo.
Además, tampoco lleva demasiado bien su grupo de Europa League. Es tercero tras dos desconocidos, el Östersund, a quien derrotar ha sido algo así como arrodillar a un dragón de siete cabezas, y el Zorya ucraniano, que ganó de chamba en San Mamés, pero ganó. Lo puede arreglar derrotando al Hertha en San Mamés y empatando, quizás ya bajo la nieve, al desterrado Zorya, que no juega en Luhansk. Ya hay quien pide la destitución de Ziganda, pero Josu Urrutia no tomará esa decisión ni sería justo. Es hora de que reaccione, pero aún más los futbolistas. Les toca a Raúl García y Aritz Aduriz tirar del carro. Williams anda buscándose.
Luego está el Alavés, quien empeñado en hacer un gran proyecto de cantera, residencia incluida con futbolistas madrileños, catalanes y canarios, ha perdido mucho nivel en su plantilla. Los Theo, Llorente, Camarasa, Femenía, Feddal, e incluso Deyverson, aportaban mucha calidad a la estructura de Pellegrino. Fracasó la apuesta por el joven Luis Zubeldía y se ha entregado al viejo zorro Gianni de Biasi para salir de la quema. No hay alegría en su fútbol, es todo solidaridad. Su mejor soporte es el apoyo de la canchera afición Mendizorroza.
El Eibar sólo está dos puntos mejor (8) que un Alavés que marca el descenso. Lo peor para los armeros es que se han acostumbrado en estas campañas a hacer granero en las primeras vueltas y eso otorga una enorme tranquilidad. Las lesiones de Pedro León y Yoel han supuesto dos quebraderos de cabeza. También se echa en falta la producción de Adrián (cuánto mejor estaba en Ipurua que en La Rosaleda) y el acierto que Sergi Enrich hoy no tiene. Mendilibar, claro como es, comentó tras la derrota en Anoeta que se tenía que ir a la playa de La Concha para meterse al agua y enfriarse de lo caliente que estaba con sus jugadores. Su gran ventaja es que plantilla y jugadores se conocen de maravilla. Y llega el frío invierno, que convierte su bombonera en una especie de infierno. En dos jornadas, a la vuelta de la esquina, hay un derbi Alavés-Eibar que se antoja crucial. Los cuatro equipos vascos tienen el parón para recuperar y lamerse heridas.
«competición que no disputa también El Glorioso porque el Barça no ganó el torneo liguero», comentario muy acertado, pero habría que haber añadido que en caso de que el Alavés hubiese jugado Europa League este año el que no lo hubiera hecho sería el Athletic, que se clasificó gracias al Barça.