La pelota llegaba cruzada de afuera hacia adentro. Tensa, con rosca. Morata se levantó a una docena de metros de la portería de De Gea. Realizó un escorzó hacia atrás y se abalanzó sobre la pelota para conectar un cabezazo descomunal que entró como una exhalación por la escuadra. Un gol de ariete. Lo que es. Y el tanto que ha servido al Chelsea para salvar la embarazosa situación en la que estaba y recolocarse en el vagón de perseguidores del City.

Mourinho, una vez más, planteó un partido físico. Todo pasaba por Matic, su faro en el mediocampo. Corregía Ander Herrera. El United es un tractor. El Chelsea, por su parte, era más ambicioso, quizás por necesidad. Hazard patroneaba el juego con un Morata muy dinámico, una versión más que aceptable de Cesc y un Bakayoko que pisó mucho el área, decidiendo siempre mal. Más recursos, más ocasiones y más oportunidades.

En este duelo de pesos pesados los blues propusieron más cosas para ganar y ganaron. Mourinho recurrió a su recurso habitual, Fellaini al campo y segundas jugadas con balones largos al belga. Ni un balón raso, ni una entrada por banda, ni una jugada entre líneas. Rashford y poco más, porque no hubo noticias de Lukaku.

La victoria, que fue tribuneramente celebrada por un Conte que rozó el mal gusto, sitúa al Chelsea a 9 puntos de distancia del Manchester City, uno por detrás de Manchester United  y Tottenham. El arranque de los Guardiola ha roto todos los registros de la historia de la Premier. 31 puntos en 11 partidos, con diez victorias y un empate, ante el Everton.

Desde el 21 de agosto todos los partidos de los sky blues se cuentan por victorias. Tanto en Liga, donde suman diez, como en Champions, donde ha ganado los cuatro partidos que han jugado, con lo que ya han sellado su billete para octavos de final. En el partido de esta tarde ante el Arsenal, los de Guardiola han dominado con una presión asfixiante en la salida y una colocación intachable a los gunners en la primera parte. El gol de De Bruyne fue el colofón a una jugada monumental de posesión que recordó al Barcelona guardiolista

Parece que por fin el de Santpedor ha dotado al equipo de su sello. Agresividad tras pérdida de balón, posesión, apoyos constantes con la llegada de terceros hombres, llegadas al espacio y funcionamiento coral. Así desarboló el City a un Arsenal desamparado. De Bruyne, Agüero y Gabriel Jesús marcaron los goles que mantienen la diferencia sideral entre los del Etihad y sus perseguidores cuando solo se llevan 11 jornadas de Liga.

En Manchester se vive la alegría desbordante de los citizen y un momento complicado en Old Trafford por los roces que han protagonizado los aficionados con Jose Mourinho. Pero esto solo acaba de comenzar…

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