Visto lo visto en Mestalla, no me obliguen a hacer una apuesta por lo que queda de Liga. Lo que sí me atrevo a adelantar, sin ser adivino, es que el foco estará en la jornada 17 (después de celebrarse el Mundial de clubes) cuando el Madrid reciba al Barça en el Bernabéu, en la jornada 21, fecha en la que los de Zidane viajarán al Turia y en la jornada 22, del Atlético-Valencia. Para que el duelo a cuatro bandas sea apretado en puntos, la condición primera es que el Real Madrid no afloje el próximo fin de semana en su visita a… ¡¡San Mamés!! Más emoción imposible.
Y es que me repito, visto lo visto en Mestalla, la Liga puede ser cosa de cuatro (como mínimo) con candidatura firme de un Valencia que ayer le apretó el nudo de la corbata a Valverde y sus muchachos (sin entrar en el gol fantasma birlado). Ahora al Madrid le toca echar cuentas con el empate en la mano, como también le corresponde al Atlético. Y los números pasan por calcular lo que pueden hacer el Barça (ocho puntos arriba) y Valencia (con cuatro) antes de que acabe la Navidad o muy poquito después. Los enfrentamientos directos serán los auténticos duelos al sol en los que vivirán o morirán los cuatro clubes en solfa. Por lo tanto, la atención vuela directamente a la jornada 17 del Madrid-Barça el sábado 23 de diciembre; a la 21 del Valencia-Real Madrid el 28 de enero y a la 22 del Atlético-Valencia el 4 de febrero.
Entre actos, el Real Madrid se marchará a disputar el Mundial de clubes, entre el 13 y 16 de diciembre, coincidiendo con la jornada 16, aplazando de manera forzosa el duelo con el Leganés. Será un viaje largo a Abu Dabi justo antes del Clásico en el Bernabéu. Se trata de un paréntesis importante por su posible influencia en el rendimiento, que pone la Liga en dos escenarios posibles. Si el Madrid ganase al Barça podría llegar a menos cuatro puntos y un partido menos con los azulgrana. Es, sin duda, la cuenta del madridismo optimista, el que entiende que los de Zidane no van a tropezar en los dos encuentros que ahora tiene por delante: ir a Bilbao y recibir al Sevilla, que no son empresas fáciles. Cualquier otro supuesto dejaría al Madrid fuera de juego.
La conclusión, repito por lo visto en Mestalla, es que hay Liga y mucha Liga. Y no es para dos ni para tres, sino aún se mantiene viva para cuatro actores que tienen mucho recorrido, mucha calidad y muchas ganas de hacer algo grande. El choque del Valencia y el Barça recorta las distancias de todos con todos en la lucha por el título. Mete en el mismo cóctel a un pelotón de equipos separados apenas por ocho puntos del primero al cuarto. Se llevará el premio quien aguante el tipo, no sólo siendo potente en la competición doméstica, sino también conjugando este soberbio esfuerzo con la exigencia de las competiciones europeas, en lo que el Valencia está exento y juega a su favor. No me digan que apueste.