Rafael Nadal Parera, número uno de la ATP al menos hasta el Australian Open 2018, puso el The End a la temporada 2017 en el O2 Arena de Londres, después de una melodramática derrota iniclal en la Masters Cup ante el belga David Goffin. El guión de melodrama no surgió específicamente por la derrota, sino por la sensación de dolor y crispación que dejaba escapar Nadal tras casi cada arranque o frenada sobre la pista del O2 Arena de North Greenwich.
La estresada rodilla derecha del número uno, sufriente de tendinitis, dio sensación de martirizarle como pocas veces. También es preciso indicar que esa pista del O2, situada a pocas decenas de metros de un brazo del Támesis y su embarcadero de yachts turísticos, transpira humedad como ninguna otra en el mundo. De hecho, la pista en sí se construyó en una marisma húmeda, bastante por debajo del nivel del agua del Támesis, que queda a menos de un tiro de piedra del fastuoso Arena. Casi en la orilla.
A la contra ha conversado sobre la situación de la rodilla de Nadal con uno de los especialistas médicos deportivos más importantes de España, que trata a jugadores de fútbol de máximo nivel e incluso estrellas de otros deportes con palmarés en Juegos Olímpicos y Mundiales de sus especialidades.
Desde hace algo menos de una década, Nadal empezó a tratarse en los tendones de sus castigadas rodillas con los llamados «factores de crecimiento», o autotransfusiones de plaquetas/plasma rico en plaquetas, con sangre obtenida del propio paciente tras un proceso como de centrifugación o batidora. Ese médico respondió a todas las cuestiones que puedan suscitar el estado de las rodillas de Nadal, a condición de mantener el anonimato. Bajo esa condición, el contenido de la conversación fue básicamente el que sigue:
«En el partido contra Goffin, Nadal limitaba claramente al mínimo las frenadas laterales porque es lo que más le podía dañar y doler en la tendinitis de rotuliano que en apariencia sufre. Esa limitación en las frenadas es algo que le habían aconsejado de antemano, claramente. El dolor saltaba a la vista. Esta última crisis del tendón de la rodilla parece haber tenido su origen en que Rafa ha jugado mucha pista dura en verano y a comienzos de otoño, primero para ganar el US Open, y luego, en Asia, para sumar puntos a fin de conservar el número uno a final de año. Creo que la pista dura despues del US Open, en Asia, le resultó bastante perjudicial para su situación, pero él hace su calendario. Desde luego, jugar ahí es algo que nada tiene que ver con la tierra batida, y más para alguien con las características de Rafa Nadal, que está rodeado de un brillante equipo médico «, observaba la fuente consultada por A la contra.
Sobre el futuro competitivo de Nadal y sus rodillas, está misma fuente subraya: «Rafa Nadal va a cumplir 32 años. A estas alturas tiene los tendones que tiene que tener a esa edad y después de una carrera tan intensa como la suya y con su estilo de juego, que contrasta completamente con el de Federer, por ejemplo. Rafa se ha tratado desde hace tiempo, según se publicó en su día, con factores de crecimiento en las rodillas y con células madre en la espalda. Los factores son plaquetas cuya utilidad para los tendones descubrió Eduardo Anitua en la curación de unas llagas. Mejoran mucho la época en que se aplicaban corticoides, que sí cristalizaban en un 70% de los tratamientos realizados en esas épocas anteriores. Pero los factores no rejuvenecen los tendones, eso no es posible. Sí revascularizan y aportan más vigor, pero hasta ahí. Los incidentes de las lesiones, mayores o menores, pequeñas calcificaciones, nódulos, etc… esos permanecen ahí en los tendones, como el mismo desgaste de los años.
El pronóstico es que Nadal tendrá que reducir cada vez más sus temporadas y limitar al mínimo su tiempo en pistas duras. Ahora, la situación debe arreglarse con fisioterapia, recuperación con rehabilitación… y, muy probablemente, con más inyecciones de factores de crecimiento. Es lo recomendado en estos casos», terminó relatando el referido especialista. En el caso de los factores de crecimiento, la Agencia Estatal Antidopaje aceptó en su Lista en 2011 el plasma rico en plaquetas con que Nadal se ha tratado a partir de su propia sangre, pero prohibió desde esa Lista de 2011… «los factores de crecimiento derivados de plaquetas purificadas». La razón para esta última prohibición reside en la capacidad de las plaquetas purificadas para regular el crecimiento de las células y su división favoreciendo el crecimiento de vasos sanguíneos. Cabe señalar que países como Italia vetan cualquier autotransfusión sanguínea en deportistas como práctica ‘peligrosa para la salud’.