Estoy seguro de que todos los que estéis leyendo este artículo, estaréis plenamente de acuerdo con esta afirmación dicha por el filósofo, poeta, músico y filólogo alemán Friedrich Nietzsche: “Sin música, la vida sería un error”. La música es imprescindible en la vida de todo el mundo, cada uno con sus preferencias, clásica, punk, rock, pop, heavy… Todas ellas tienen el poder de llegar a los sentimientos de las personas, hacerlas disfrutar, desatar pasiones, en definitiva, hacer feliz a las personas.
Es por eso que la música y las marcas han tenido una relación muy especial y cercana todos estos años. Estoy convencido de que la música es capaz de ayudar a conectar marcas con personas. Es una técnica muy utilizada en publicidad y también, de forma cada vez más habitual, en los patrocinios.
Siempre que puedo me gusta escuchar música en directo. El otro día acudí a un concierto organizado por Kiss FM, Locos por la música, donde varios grupos ochenteros hicieron felices a los más de 16.000 cuarentones que durante más de cuatro horas regresaron veinte años atrás sin tener que utilizar el DeLorean, pero sí con una marca siempre presente, Coca-Cola, patrocinadora de dicho concierto.
Es curioso cómo algunas marcas son capaces de hacerse querer estando en los momentos más positivos, divertidos y especiales de las personas, tengas la edad que tengas, acompañándote a lo largo de tu vida a través de la música. Coca-Cola lo hace muy bien, con conciertos para adolescentes como el Coca-Cola Music Experience o en otros para los todavía “jóvenes de espíritu” como el anteriormente mencionado.
La música, a diferencia del deporte, ofrece una imagen más “perdurable” y, sobre todo, te da la posibilidad de trabajar en una segmentación de tu consumidor más minuciosa, más rentable, en definitiva, más cercana al producto que le pretendes vender.
Otra marca que trabaja excepcionalmente bien su vinculación a la música es Mahou, que consigue que no se vea simplemente como un patrocinio. Va mucho más allá en su forma de trabajar su marca, desde la publicidad a iniciativas como la gira Cómplices de Mahou, en la que, a través de la música, te hacen vivir una experiencia única en una sala pequeña, sin móviles (te los quitan a la entrada) y generando una charla íntima con tu artista favorito. Mahou consigue apropiarse de los valores reales de la música, tener un evento propio y especial reservado para muy pocos.
La música y las marcas están y estarán siempre unidas. La música ofrece multitud de oportunidades de vinculación, de trasmisión de valores, de actividad promocional o de una excelente activación de relaciones públicas. ¿Quién no quiere vivir un concierto desde una situación privilegiada o conocer en persona a su artista favorito Cada vez más marcas quieren estar más cerca de la música, y no solo con su publicidad, ¿Quién no se acuerda de la vinculación del BBVA con OT? ¿O quién no ha estado en la sala Heineken? Los grandes festivales: Starlite, Viña Rock, Sónar, Dcode, Benicàssim (FIB)… están repletos de marcas queriendo hacer felices a sus consumidores.
Kurt Cobain digo una vez que “lo importante es que la música suena más fuerte que los problemas”. Nadie quiere problemas y las marcas buscan hacer la vida fácil a sus consumidores. A través de la música se conecta mejor con las personas, sea en un concierto, en un festival, a través de la simple publicidad o con la canción del día de ALACONTRA.ES.
Totalmente de acuerdo. La música aporta una personalidad a las marcas que las hace más cercanas y afines a sus clientes. La identidad musical de algunas marcas será tan importante como su identidad visual. Y esto será bueno.