Tiene poco sentido guardar un minuto de silencio por Chiquito de la Calzada. Hubiera sido más oportuno guardar un minuto de jolgorio. O de fandangos. Entiendo que el duelo era también por dos futbolistas históricos, Sanchis y Rivilla, y en ese caso el recogimiento era lo más indicado. Pero no por Chiquito. Se preguntarán por qué empiezo por el principio, una completa extravagancia. Lo hago porque estoy convencido de que los futbolistas también apreciaron que el homenaje había sido fallido y decidieron completarlo. Lo que leen. Aunque puede sonar algo estrafalario, creo que la alegría con la que jugó la Selección era, por así decirlo, de origen duodenal.
Es obvio que en el ambiente también influía el entusiasmo natural de Málaga y los malagueños, volcados en ánimos a Isco. Y hasta es posible, aunque menos probable (los futbolistas ven mal de lejos), que el equipo se sintiera motivado por la proximidad del Mundial, o del sorteo. Tampoco descarto otros factores. En ocasiones, estrenar una camiseta tiene un efecto tan estimulante como estrenar unos zapatos, y ya se sabe, además, que el morado es un color relajante y sutil de gran fuerza espiritual.
¡Y ASÍ ACABA EL PARTIDO! La @SeFutbol se impone ¡¡¡5-0!!! a Costa Rica y demuestra que está en un estado de forma COLOSAL. ¡BRAVO! #LaDiferenciaPelayo ??5-0?? pic.twitter.com/IhEluxQ0Ge
— Pelayo con la Roja (@pelayoconlaroja) November 11, 2017
Sin embargo, insisto, había algo más. Doy por hecho que todos los miembros de la Selección se enteraron de la muerte de Chiquito de la Calzada y repasaron inevitablemente sus vídeos. Y rieron, naturalmente. Y hasta imitaron alguno de sus movimientos o expresiones. Lo extraordinario, y sospecho que nos ha ocurrido a todos, es que al cambiar de tema la alegría persistía, durante largo rato o durante el día entero.
No puedo demostrarlo, ya me gustaría, pero sostengo que jugamos bien porque estábamos felices y lo seguimos estando porque hemos conectado con una felicidad pasada, y si estas cosas funcionan al revés, que un traspié te arruina el día, no veo porque no podría ocurrir al derecho.
Es cierto que España ha perdido automatismos y tal vez talento en relación al equipo que nos hizo campeones de todo. También nos hemos dejado algo de convicción por el camino. Sin embargo, cuando la Selección tiene ganas de divertirse con el balón el juego sigue siendo extraordinario. Isco, Silva e Iniesta son tres generadores de electricidad y a su alrededor se cuentan futbolistas muy estimables, capaces de llegar lejos a poco que sople el viento a favor. Sobre nuestras cualidades defensivas sabemos poco porque Costa Rica no las puso a prueba. Creo que el primer golpe le impactó muy pronto (minuto 5) y ya no se recuperó de la conmoción; los siguientes cuatro goles le cayeron en estado de semi inconsciencia. Es posible que tampoco entendiera nada. Ni la alegría de la gente, ni, por supuesto, los gritos que proferían los jugadores españoles en idioma que parecía muy alejado del castellano (“¡pasa, fistro!”, “¡chuta, jarl!”).
En definitiva, que Chiquito vive y sería de gran interés que nos acompañara a Rusia.