Lo confieso. En cuanto me alertaron de ‘lo’ de la camiseta de la selección me dio por reírme. Es un clásico en un servidor: cuando mucha gente se encampana yo me río. Cavilé: le falta la cara de Pablo Iglesias junto al escudo y otra de Guardiola en el pantalón, en la parte trasera mismamente. Una joda que diría Messi. ¡Una camiseta con aire republicano! Iba a dar juego. Lo dio.
Sentido del humor falta y más de un tiempo a esta parte. Me di cuenta -confirmé, vamos- que no tenemos el chichi para bromas. Y lo de Adidas & RFEF no lo fue. No hubo ánimo de crear polémica: seguro. Le dio por ahí al diseñador y como la Federación hace rato que ni siente ni padece, pues p’alante. Fue esa camiseta como se les pudo ocurrir otra.
Lo tremendo fueron las explicaciones y cito textualmente: “Está fuera de cualquier connotación política» (OK). «Se trata de rendir homenaje a una de las elásticas más famosas, utilizada en la Copa del Mudo de Estados Unidos en el año 1994″» (??????) «El diseño resume el coraje y la furia de nuestra selección (??????), con gráficos de diamante rojo, amarillo y azul, que representan las cualidades de este equipo: velocidad, energía y su conocido estilo de juego» (??????). Cuenta Adidas que llevaba año y medio trabajando con la Federación en el diseño.
La explicación ha sido mucho peor que la camiseta. Si se trata de rendir homenaje a una elástica haber calcado la de Sudáfrica 2010: ninguna merece mayor reconocimiento. Vamos, digo yo y a ver si se les pega algo. El Mundial del 94 fue lamentable, como la mayoría. No sé qué reconocimiento más allá del debido a nuestros muy mayores merece a estas alturas el coraje y la furia, y lo de los diamantes y demás me resulta más cursi que un repollo con lazos.
‘A más a más’, que diría mi referencia Núñez, se han cargado (para hoy) la presentación de la prenda y el asunto se pone casi clandestino. Ya digo: la camiseta es lo de menos comparado con las explicaciones. Homenajear al 94… Ni monárquicos ni republicanos pueden estar conformes con eso. La camiseta, eso del azul petróleo -¿pero el petróleo no era el oro negro? – da para unas risas, no más. En tiempo de caras largas. Lo malo, como casi siempre, es cuando se explican.
(Nota final: a mi me gusta España de rojo, Alemania de blanco, Francia e Italia de azul, Brasil de amarillo, Uruguay de celeste… Sin moñadas. A pelo. Pues eso)
Como siempre GENIAL¡¡