Seré claro y directo, ¿sabéis por qué no me gusta el baloncesto de hoy en día? Va acorde a los tiempos en los que vivimos, no lo siento mío. Mi deporte desapareció hace tiempo ya. Estamos en un mundo en el que nos fijamos más en los destellos que en la estrella. Un mundo dominado por lo que llamo yo «mensajes de impactos», una Generación Twitter o una Generación de los Top 5. Lo que interesa son las jugadas bonitas, llenar telediarios con Top 5, mejores jugadas…Ya no interesa el juego, sólo las piruetas y el más difícil todavía. Nos hemos convertido en el Cirque du Soleil.
Prima más la anécdota que la noticia en sí. En la NBA, ya no interesa el juego, sólo los mates, los tiros desde medio campo o lo que llaman Highlights. Si no eres un atleta, no interesas… ¿El juego? Es una excusa, lo que importa son los impactos rápidos que mañana se olvidarán y habrá que generar más. Porque la gente los demanda.
Esta despersonalización del deporte va asociada con nuestra vida, en la que el concepto «amigo» ha quedado degradada por las redes sociales, en donde se prefiere chatear con alguien que irte de chatos con él. Todo aséptico y claro…. inmediato.
En nuestra Liga ACB y ligas inferiores no hay más que ver la cantidad de jugadores foráneos (que no tienen culpa alguna), que ocupan plaza. Una Selección que cuando deje de vivir de los Júniors de Oro, o saca nuevos jugadores o nos convertiremos en la LEGA italiana. Hay que aprender de los propios errores, pero también observar a otros que los cometieron y ser previsores respecto al futuro. O sea, no ser cortoplacistas, aunque visto lo visto…
El cisma en la ACB está a la vuelta de la esquina, los intereses de unos no son los mismos que los de los otros. Mi vaticinio es que la Euroleague acabará siendo la NBA European Division. Tiempo al tiempo.
Este ya no es mi baloncesto. Éramos profesionales igual, entrenábamos y jugábamos para ganar partidos o campeonatos. No para aparecer en televisión en programas de zapping o highlights.
Supongo que la sociedad ahora es así y el deporte es el reflejo también de ella. Al igual que otros aspectos culturales que, en vez de enriquecernos, se convierten en meros productos de consumo, rápidos, facilones y digeribles. Pero supongo que eso significa hacerse mayor, cuando empiezas a pensar que lo de antes era mejor…