Con estas palabras Roger Federer asumía la dura derrota (2-6, 6-3 y 6-4) ante el belga David Goffin que le ha privado de poder luchar por la que podría haber sido su séptima Copa de Maestros: «Ha sido decepcionante perder con Goffin en esta pista que se me da tan bien. Pero yo sabía que él podía jugar así porque le había visto jugar así muchas veces en los entrenamientos». A pesar de la fantástica temporada que ha cerrado el suizo, Roger se marcha contrariado de Londres: «No jugué bien y él fue mejor que yo por lo que merece la victoria y si está en la final tiene opciones de ganarla».
Federer había superado a Goffin en sus seis duelos precedentes pero la historia cambió porque así lo quiso el propio jugador belga. Roger no era el mismo, ni tampoco mostró las cualidades habituales. El revés, un arma infalible (de los mejores del circuito) y del que siempre ha sacado el máximo provecho, no fue para nada fluido. Las devoluciones de Goffin le hacían daño y aparecieron las dudas. Goffin, que ha ido creciendo poco a poco y con el que nadie contaba en las apuestas para llevarse este Masters, se hacía grande, mientras que Federer, irreconocible, parecía temblar. Hecho que quedó reflejado en una cifra contundente: 36 errores no forzados. Además, el de Basilea apenas aprovechó dos de los 11 puntos de break de los que dispuso.
El belga, séptimo en el ranking mundial, también acaba con una racha de 13 victorias del suizo en el circuito. Roger, visiblemente afectado, ya se muestra ansioso de cara al comienzo del año: «La verdad es que ya tengo ganas de volver a jugar en Australia donde en la última edición jugué el mejor tenis de mi carrera». Sabe que ha perdido una oportunidad de oro para acercarse a Rafa Nadal, el cual empezará la temporada 2018 con una ventaja de 1.040 puntos con respecto a él.
Goffin se enfrentará en la final al búlgaro Grigor Dimitrov, que venció a Jack Sock por 4-6, 6-0 y 6-3.