La clasificación de Perú para el próximo Mundial de Rusia tras eliminar a Nueva Zelanda en la última eliminatoria de repesca que quedaba supone un quebradero de cabeza más para España de cara al sorteo de la fase de grupos que se celebrará en Moscú el próximo 1 de diciembre.
Con su pase, los andinos han quedado encuadrados, como España, en el bombo 2, en el que se juntan tres selecciones sudamericanas: Perú, Colombia y Uruguay. En la primera fase del Mundial no pueden quedar encuadradas en el mismo grupo dos selecciones de la misma confederación (salvo en el caso de la UEFA), por lo que Argentina y Brasil, en el bombo 1, no podrán enfrentarse a estas tres del 2.
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Esto estrecha el camino de las cinco selecciones restantes del bombo 2 (España, Suiza, Inglaterra, México y Croacia), que se ven abocadas a enfrentarse a los dos ogros sudamericanos del bombo 1. Así, para España hubiese sido mejor la clasificación neozelandesa, ya que ésta hubiera ido al bombo 4 y hubiese limpiado una plaza sudamericana del suyo.
Con esta composición de los bombos, España encontraría un grupo más amable si el rival del bombo 1 resultase un europeo, aunque fuese Alemania o Francia. Esto evitaría que el rival del bombo 3 perteneciese a la UEFA, lo que dejaría a Costa Rica, Túnez, Egipto, Senegal o Irán.
En cambio, si el rival del bombo 1 es Argentina o Brasil sería más que factible que el integrante del bombo 3 fuese europeo, más bien nórdico: Dinamarca, Suecia (verdugo de Italia) o Islandia. Una pesadilla que se podría completar con Nigeria, del bombo 4, para conformar un grupo de cuidado que bien podría ser el formado por Brasil, España, Dinamarca y Nigeria.
España, pese a ser cabeza de serie, ya sufrió los rigores de un sorteo malévolo en el pasado Mundial de Brasil al quedar encuadrado en un grupo junto con Holanda, Chile y Australia. El resultado fue quedar eliminados a las primeras de cambio con la peor clasificación mundialista de la historia, vigesimoterceros.