La Asociación de Fútbol inglesa (FA) ha anunciado que el próximo mes de enero comenzarán los estudios que dictaminarán si golpear el balón con la cabeza puede causar a largo plazo daños cerebrales. Las investigaciones estarán encabezadas por el doctor William Stewart, profesor de neurociencia de la Universidad de Glasgow, que estudió el caso de Jeff Astle, un ex futbolista del West Bromwich Albion que desarrolló demencia y murió en 2002 a la edad de 59 años.
La investigación, que ya fue promovida por la FA y la Asociación de Jugadores (PFA) con motivo de la muerte de Astle, fue suspendida entonces por cuestiones organizativas. Ahora se retomará por empeño del Doctor Stewart y de la familia del futbolista que, según declaró a la BBC, siente una mezcla de alivio e indignación. Así lo explicó Dawn Stewart, hija del delantero: “Por un lado estoy aliviada, pero también me siento enfadada y triste. Hemos perdido y malgastado 16 años y, entretanto, hay jugadores que han muerto”.
Gordon Taylor, presidente de la PFA, ha asegurado que los problemas neurológicos que se derivan de los golpes en la cabeza “forman parte de la agenda de la Asociación desde hace veinte años”. En la misma línea se ha manifestado Martin Glenn, presidente de la FA: “La demencia tiene efectos devastadores y nos sentimos obligados a poner en marcha una comisión que nos permita comprender los riesgos que se están afrontando”.
El ex futbolista Alan Shearer ha sido de los primeros en celebrar la noticia: “Es un gran día para el fútbol. Han tenido que pasar demasiados años desde que la autopsia de Astle indicó que el fútbol estaba en el origen de su enfermedad”. Shearer ha sido protagonista del documental de la BBC Alan Shearer: demencia, fútbol y yo, en el que se puso en manos del Doctor Stewart y se sometió a diferentes pruebas que examinaron el estado de su cerebro.
“Cada gol que anoté de cabeza en un partido debí practicarlo mil veces en los entrenamientos. Eso me pone en riesgo si existe una relación entre esto y la demencia. Cuando juegas al fútbol imaginas que al dejarlo tendrás problemas en las rodillas, los tobillos o la espalda, como es mi caso. Pero nunca imaginas que el fútbol esté relacionado con una enfermedad cerebral. Este es un juego difícil y brillante, pero tenemos que asegurarnos de que no sea un juego mortal”.