Fernando Alonso tiene dos certezas y una incógnita para 2018. Las dos primeras son que correrá en enero las 24 Horas de Daytona y que disputará el Mundial de Fórmula 1 con McLaren y un motor Renault. La tercera es si correrá o no las 24 Horas de Le Mans los días 16 y 17 de junio del próximo año.
Por si acaso, el asturiano probó este domingo en Baréin el TS050 Hybrid de Toyota en el marco del test de novatos del Mundial de Resistencia (WEC). Se trata del monoplaza con el que competirá en Le Mans, si es que al final decide ir y sus compromisos con la Fórmula 1 se lo permiten
Alonso se mostró satisfecho tras rodar durante 113 vueltas, para un total de 611 kilómetros, con un mejor tiempo de 1:43.013. «Probar un prototipo LMP1 es genial para cualquier piloto de carreras porque estos coches son geniales de conducir. Son consistentes y eso es positivo. Llevaba tiempo queriendo probar un coche como este. Hoy he podido hacerlo y estoy feliz», comentó el piloto en declaraciones facilitadas por el departamento e comunicación de Toyota.
El asturiano, cuya participación fue confirmada a última hora del sábado se decidió por las tandas largas, lo que le relegó a la quinta posición, con el mencionado 1:43.013 en su vuelta más veloz. El mejor tiempo de este domingo en el circuito de Baréin fue para el alemán Timo Bernhard (Porsche 919 Hybrid), quien completó el mejor de sus nueve giros en 1:40.244. El suizo Sébastien Buemi, piloto oficial del equipo Toyota en el Mundial de Resistencia, fue segundo con 1:42.183.
Alonso volverá el próximo fin de semana a la Fórmula 1 para disputar en Abu Dabi la última carrera del Mundial 2017. Antes, el martes probará el Ligier JS P217 Gibson en el circuito de Alcañiz con el que en enero correrá las 24 Horas de Daytona, en Estados Unidos, con el equipo United Autosports, propiedad de Zak Brown, máximo ejecutivo de McLaren.