No es algo nuevo que en los estadios de fútbol se vivan episodios racistas. Por desgracia, es algo a lo que nos hemos acostumbrado en los últimos años. Pero lo que ocurrió el pasado domingo en el Lazio-Cagliari ha conmocionado a todos y ha traspasado fronteras. Los ultras del equipo romano inundaron la curva del estadio olímpico con pegatinas de Anna Frank con la camiseta de la Roma, el máximo rival, en lo que pretendía ser un insulto a sus vecinos más odiados. Usar uno de los horrores más grandes de la historia de la humanidad como es el Holocausto a modo de insulto, ha provocado una marea de reacciones en toda Italia que, esperemos, sirva para concienciar y educar en el respeto y la tolerancia.
La Federación Italiana de Fútbol se puso en seguida manos a la obra para intentar localizar a los responsables de semejante acto y, según los medios italianos, ya son unas 16 las personas involucradas. Además, durante los partidos de esta semana, en todos los estadios, se leerá un fragmento del diario escrito por la niña asesinada en manos del nazismo en el año 1945 y se repartirán ejemplares de Si esto es un hombre de Primo Levi.
Ha habido una condena unánime por parte de políticos y miembros de otros clubes italianos. El presidente de la República Sergio Mattarella calificó el acto como inhumano y “una alarma para el país”. El propio Lotito, presidente de la Lazio, organizó una ofrenda floral en una sinagoga en Roma, ofrenda que por cierto acabó en las aguas del río Tíber horas después. En ese momento salieron a la luz unas supuestas palabras suyas en las que decía “Hagamos este paripé” minutos antes de llegar a la Sinagoga. Además, el audio revela otras frases dichas por el Presidente como “no valen una mierda estos” cuando habla del rabino y el vice-rabino.
Con este ambiente no demasiado tranquilo, se jugó el Bologna-Lazio, y el centenar de ultras que se había desplazado hasta la ciudad de la Emilia-Romaña, entonó un eslogan de la Italia fascista minutos antes de acceder al estadio: “Me ne frego” , algo así como “no me importa nada”. Los propios jugadores del equipo romano salieron al campo a calentar con camisetas conmemorativas de Anna Frank en las que se podía ver una foto de ella con la frase “No al antisemitismo”. El partido transcurrió sin incidentes y la Lazio siguió su espectacular inicio de temporada ganando 1-2.
La marea de opiniones en torno a este vergonzoso episodio, ha dejado entrever lo que seguramente es el problema de base, la educación. En una conferencia de prensa de Mihajlovic, entrenador del Torino, al ser preguntado éste por lo sucedido, respondió con un rotundo “No se quién es Anna Frank”. Un día después, tras el partido de los suyos contra la Fiorentina, quiso explicarse y alegó que la pregunta le había sorprendido en un contexto de fútbol y no habiendo leído nada de lo que había sucedido no supo muy bien que contestar.
El propio Mihajlovic, de origen serbio, aseguró ser también victima de insultos racistas cada domingo y además lanzó una pregunta al periodista que le entrevistaba: “¿Tú sabes quién es Ivo Andric?” , ante la respuesta negativa del periodista explicó que era el autor que a él le hacían leer en el colegio en la antigua Yugoslavia. Andric es un premio nobel que escribió sobre la historia de su país. Moraleja: nunca es tarde o es quiero creer. Cuando muere un gran músico sus discos se convierten en los más vendidos durante semanas. Quién sabe si todo esto servirá para que se conviertan en superventas El diario de Anna Frank, Si esto es un hombre y Un puente sobre el Drina.
Son pocos pero muy dañinos
Esté tipo de gente no tienen escrúpulos