El Atlético no acaba de sacudirse ese halo de equipo tedioso y vulgar en ataque que vive del esforzado tacticismo de su centro del campo. Los de Simeone se desplegaron en la primera parte con autoridad en el Martínez Valero. Pero si algo no tiene el Atlético esta temporada, precisamente esta en la que no ha podido fichar en verano por la sanción FIFA, es gol. En Elche Fernando Torres y Lucas Vietto desplegaron otro festival de fallos ante la puerta rival. No están atinados y esto ya viene de largo, lo que dispara la ansiedad de uno y la frustración del otro. Pero la Copa parecía un buen antídoto para que los atacantes rojiblancos recuperasen su autoestima. Craso error. Al final tuvo que ser Thomas quien derribase la muralla ilicitana para concretar el dominio visitante en un merecido gol.
La segunda parte, quizás más por obligación que por devoción, tiró arriba al Elche en busca del empate. Las precauciones del primer tiempo se convirtieron en descaro de los locales, que lograban el empate después de que Lolo Plá transformase un penalti claro de Lucas.
El Atlético se acobardó con la igualada y volvió a mostrarse como un equipo vulgar y sudoroso que no dispuso de ocasiones claras tras el gol local. El Elche, por su parte, dispuso de alguna oportunidad que no se tradujo en gol y dejó el marcador en unas merecidas tablas.
Lo mejor para el Cholo fue que Augusto volvió a sentirse futbolista y ver a Gaitán asumir galones en un equipo cargado de meritorios que no se han ganado desbancar a los titulares. Saúl, que volvía a casa, fue ovacionado por la parroquia ilicitana.