The Dreamer’ se ha roto. Más bien se ha destrozado su rodilla derecha. El plusmarquista mundial de los 400 metros lisos, Wayde van Niekerk, la gran esperanza del atletismo mundial tras la retirada de Usain Bolt, se quebró en un partido benéfico de ‘touch’, una modalidad de rugby sin apenas contacto en la que el jugador se detiene cuando es tocado con las dos manos. El diagnóstico es complicado: rotura media y lateral del menisco y rotura del ligamento cruzado anterior. Más de seis meses de baja y recuperación.

Al menos, la lesión no supone para el sudafricano, que este martes fue operado en una clínica de Vail (Colorado, EEUU), perderse grandes competiciones ya que 2018 es un año en el que no hay ni Juegos Olímpicos ni Campeonatos del Mundo, pero sí un contratiempo en una preparación enfocada a abarcar todas las disciplinas de velocidad en el tartán.

 

 

Van Niekerk tenía previsto participar en los Juegos de la Commonwealth, que se celebran en Australia el próximo mes de abril, y pretendía aprovechar esta competición para integrarse en las pruebas de 100 y 200, huérfanas y sin brillo tras la retirada de Usain Bolt el pasado verano. Hay que recordar que el sudafricano ya ha corrido los 100 por debajo de los 10 segundos (9.94) y los 200 por debajo de 20 (19.84).

 

 

Wayde van Niekerk saltó al estrellato en los Juegos Olímpicos de Río cuando se impuso en la final de los 400 metros con una autoridad insultante corriendo por la calle ocho. La espectacular carrera le sirvió a ‘The Dreamer’ para batir el mítico récord del mundo obtenido por Michael Johnson en Sevilla en 1999 (43.18) y dejar la marca en 43.03, a las puertas de convertirse en el primer atleta en bajar de los 43 segundos en la vuelta completa. “Seré paciente”, ha dicho Van Niekerk. Falta le hará.

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