En Argentina, hablar de la familia Verón es hablar de Brujas, de Brujas con balón. Es hablar de fútbol, de pasión, de Estudiantes de La Plata. Porque la historia del Pincha es una historia de Brujas.

Esta saga la inició Juan Ramón Verón, uno de los mejores delanteros que ha vestido la camiseta de Estudiantes. Referencia del equipo que dirigido por Osvaldo Zubeldía ganó tres Copas Libertadores y una Intercontinental, Verón todavía es recordado por el gol que marcó en Old Trafford contra el Manchester United y que sirvió a Estudiantes para ganar la Intercontinental de 1968.

Ídolo en Junior de Barranquilla, marcó goles también en Europa con Panathinaikos y regresó a Colombia para jugar con Cúcuta antes de retirarse en Estudiantes en 1981.

Los Verón, Brujita y Bruja.
Los Verón, Brujita y Bruja.

¿Y por qué la Bruja? Cuenta la leyenda que el origen hay que buscarlo en la época en la que Verón jugaba en las inferiores de Estudiantes. A un compañero, las facciones de Juan Ramón le recordaban a las de una bruja, comenzó a llamarlo así y este apodo ya es inseparable del apellido Verón.

Porque después de la Bruja llegó la Brujita. Juan Sebastián heredó el apellido y el apodo. Y también la pasión por Estudiantes, porque aunque pasó la mayor parte de su carrera en Europa, cuando se habla de la Brujita Verón, se habla del Pincha.

Protagonizó traspasos por un valor total de más de 100 millones de euros, jugó en Italia e Inglaterra, pasó por Boca, participó en tres Mundiales y se retiró tres veces. La última con 42 años, vistiendo la camiseta de Estudiantes, club del que también era presidente. Bajó del despacho para jugar la Copa Libertadores, aventura que cortó antes de lo previsto para afrontar su penúltimo reto, coordinar a las selecciones inferiores de Argentina.

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