Hemos mantenido las lucecitas de Navidad colgadas en nuestro salón durante todo el año, por si acaso recibíamos algún mensaje del más allá. Le hemos sacado brillo a los cassettes. Hemos afilado nuestras Converse y, mientras le quitamos el polvo a la vieja Raleigh Chopper que vivía en el garaje para ser los más chulos del barrio, la segunda temporada de Stranger Things llega a Netflix y a nuestras pantallas para disipar algunas (que no todas) las incógnitas que nos dejó la primera temporada. Apurad el batido, subid el volumen de Thriller y sincronizad relojes…
WILL, QUERIDO, DESPIERTA
– «La puerta…La abrí. Yo soy el monstruo.»
Nuestro pequeño sigue algo perdido. La primera temporada nos dejó a Will escupiendo restos de un mundo paralelo como si de una Regan McNeil cualquiera se tratase. Podemos deducir, por las pistas que nos han ido dejando los trailers, que el hijo de Joyce (Winona Ryder) seguirá pasando más tiempo en la dimensión oscura que en el mundo real. Pero, ¿cuál es el mundo real para Will?
#JUSTICIAPARABARB
Barb o plomo. A pesar de las últimas declaraciones de los creadores de la serie donde afirmaban que la amiguísima nunca volverá, algunos conservamos la esperanza de que junto a Eleven aparezca de la mano la otra mujer que nos robó el corazón en la primera temporada. Haciendo oídos sordos a esa voz en nuestra cabeza que nos dice que Barb se fue para no regresar, nos aferraremos a las declaraciones de los hermanos Duffer como a un clavo ardiendo: “Barb no será olvidada en Stranger Things. Nos aseguraremos de que haya justicia para ella. La gente quedó muy frustrada con este tema, comprensiblemente, así que nos ocuparemos de ello”. (Suspiro), parece que fue ayer cuando la vimos chapotear en la piscina por primera y última vez…
MIKE, SE FUERTE
Nadie mejor que Mike para comprender nuestra pérdida. Y es que el pequeño de los Wheeler vaga como alma en pena desde que no obtiene respuesta al otro de su walkie. Finn Wolfhard, el actor que da vida a Mike, declaró: “Creo que Mike es probablemente el más triste que veremos al principio por lo que sucedió allí. Él era claramente el líder y lo vemos dar un paso atrás”. Sin embargo, estamos seguros de que no hay nada que una buena pandilla y una partida de Dragon´s Lair no puedan arreglar.
GIRLS JUST WANT TO HAVE FUN
Las mujeres de Stranger Things acaparan protagonismo, a pesar de Winona, claro. Entendedme, el sobreactuado papel de Joyce a lo madre coraje nos nos importa lo más mínimo, ¿me equivoco? Sigamos. El estereotipado personaje de Nancy Wheeler, por el contrario, no para de crecer. Y en esta segunda temporada nos seguirá manteniendo en vilo, porque a todos nos gusta un buen triángulo amoroso del que poder sacar partido en la peluquería. Más aún, si esa niña buena sabe empuñar un arma cuando debe.
Resulta terriblemente interesante el personaje de Karen, su madre, el cual abre un profundo debate, que quizá en esta segunda temporada no pase tan desapercibido, sobre lo que se debía y lo que se quería, en aquellos años donde las canciones de Bowie escondían tradiciones más acordes a The Handmaid´s Tale. Además, tendremos chica nueva (y punk) en el barrio, Max. Y Max promete.
ALGO SE MUEVE EN LA SOMBRA
Sin habernos sido revelado del todo, intuimos que el nuevo villano de la segunda temporada de Stranger Things será algo más grande y algo más malvado que el Demogorgon que Eleven envío a mejor vida. Los creadores han soltado poca prenda, pero sí sabemos que no formará parte del «Upside Down». Según palabras de los hermanos Duffer, querían un enemigo que no fuera «sobrenatural», y parece que lo han conseguido.
ENTREGADNOS A ELEVEN
– «Mike, do you copy?»
Clarines y timbales para recibir a nuestro ojito derecho, que sigue siendo adicta a los Eggo waffles a pesar de calzar rizos. Esperamos un desarrollo amplísimo de su personaje y un eterno viaje entre su presente y su pasado, a pesar, (intuimos) de que habrá que esperar un tiempo para verla. La heroína (literalmente) de la serie, volverá a la pandilla para ayudar a seguir cazando fantasmas al ritmo de The Clash. Poco tenemos que añadir sobre nuestra Juana de Arco más que confesar, que si el once fue tan bueno, estamos deseando descubrir cuáles fueron los otros diez experimentos.