Alejandro Delmás nos ha descubierto que el Real Madrid está cerca de crear una sección femenina de baloncesto estimulado por el impulso que quiere dar a la competición la empresa de supermercados Día. Sería una noticia espléndida por muchas y variadas razones que no creo necesario enumerar. Que una institución como el Real Madrid abra secciones femeninas de baloncesto y fútbol no debe entenderse como una diversificación del negocio porque, muy probablemente, no sea negocio. Sin embargo, es una cuestión de responsabilidad social. Proyectado desde club hacia fuera, es obvio que la presencia del Real Madrid revitalizaría las competiciones en las que participe, con todo lo que ello implica: más patrocinadores, más audiencia y más practicantes. Proyectado hacia dentro, se atendería a una masa social (socios, abonados y simpatizantes) que por su dimensión ha de incluir las mismas inquietudes y necesidades que encontramos en la sociedad en general. Y es un hecho que el deporte femenino ya forma parte de esas necesidades.
Tiene sentido que la prosperidad de clubes como el Real Madrid, conseguida en buena ley, redunde en beneficio del deporte en sentido abstracto y de los aficionados madridistas en concreto. Al igual que la Fundación hace una labor encomiable dirigida hacia el mundo más desfavorecido, resultaría oportuno colaborar en la integración en el mundo que nos toca transitar. Ya es hora de normalizar el deporte practicado por mujeres. No será negocio, o no todavía, pero no se me ocurre mejor destino para una parte del fantástico beneficio que el Real Madrid presenta cada año. Cambiemos la perspectiva y en lugar de hablar de gasto, vamos a plantearlo como una inversión en madridismo.
El club que propició la creación de la Copa de Europa no debería quedarse atrás en una carrera a la que ya se han sumado, en el fútbol, Barcelona, Atlético, Chelsea, City, Bayern, Ajax y tantos otros. La misma carrera se presenta en el baloncesto y el Real Madrid debería aceptarlo con absoluta naturalidad. Llegar tarde todavía es una opción, pero pronto será un error histórico.