Lewis Hamilton, campeón del mundo. La frase comienza a ser habitual y el rostro del piloto inglés es una referencia cada más pesada en la historia de la Fórmula 1. Hamilton tiene ya unos números que asustan: cuatro títulos (sólo por detrás de Michael Schumacher y Juan Manuel Fangio),  62 Grandes Premios ganados (sólo por detrás de Michael Schumacher), 116 podios (sólo por detrás de Michael Schumacher), 72 pole position (récord absoluto) y 2.580 puntos (récord absoluto). Y todo esto con sólo 206 Grandes Premios disputados, decimocuarto en la lista histórica y cuarto de los pilotos en activo por detrás de Fernando Alonso (289), Kimi Raikkonen (269) y Felipe Massa (267).

Es esta capacidad de arrasar lo que convierte sin ninguna duda a Hamilton en el mejor piloto de su generación y uno de los más grandes de la historia. Sus 10 temporadas en el Gran Circo lo atestiguan, 10 años en los que Hamilton no ha bajado del quinto puesto general, en los que ha impuesto su jerarquía en las dos escuderías en las que ha militado y en las que ha establecido comparaciones a las que no se resiste nadie. Es Lewis frente al espejo.


2007 – Fernando Alonso – McLaren – Subcampeón


Fernando Alonso y Lewis Hamilton.
Fernando Alonso y Lewis Hamilton.

Lewis Hamilton accede a la categoría apadrinado por Ron Dennis y como la joya de la corona de un McLaren renovado y lujoso. En el coche 1 Fernando Alonso, el campeón del mundo; en el 2, Lewis Hamilton, el futuro campeón. La temporada es de traca, Hamilton se rebela apoyado por Dennis y se viven los momentos más tensos de la última década. Hungría, Shanghai, Interlagos… Los incidentes y broncas internas se suceden, McLaren pierde los títulos de constructores y de pilotos y Alonso se marcha desesperado. Lewis, sin embargo, consigue el objetivo de mostrar su jerarquía y asegurarse que ya nunca le toserá nadie en la Fórmula 1.


2008 – Heikki Kovalainen – McLaren – Campeón


La marcha de Fernando Alonso a Renault deja sentado en el segundo coche de McLaren al finlandés Heikki Kovalainen, un piloto de segunda fila sin voz ni voto en el equipo. Hamilton domina el escenario y consigue cinco victorias, pero el título pende de un hilo hasta la última carrera en Brasil. La lluvia condiciona el último Gran Premio, Felipe Massa gana en casa y el box de Ferrari celebra el título sin percatarse de que en la última curva el británico ha adelantado a Timo Glock para terminar quinto y llevarse la gloria. Hamilton es campeón, el más joven hasta entonces -23 años, nueve meses y 27 días-, y su nombre suena ya a futura leyenda.


2009 – Heikki Kovalainen – McLaren – Quinto


Con el 1 en el morro, Hamilton parte como gran favorito para revalidar el título bajo las mismas premisas que la temporada anterior: un equipo rendido a sus pies, un compañero maleable y un coche de tronío. Sólo un detalle se escapa de la foto. Ross Brawn, el mítico ingeniero de Michael Scumacher, compra por una libra su estructura a Honda, cansada de no obtener resultados. Brawn, junto a Nick Fry, monta motores Mercedes, como McLaren, pero dispone un coche revolucionario con un doble difusor que ha deslumbrado en el túnel de viento y ya desde los test de Jerez se muestra avasallador.

El nuevo equipo arrasa con ocho victorias, dos de Barrichello y seis de Button, campeón al final. McLaren, con el pie cambiado como el resto de equipos, se pasa toda la temporada intentando implementar en sus monoplazas el doble difusor de Brawn y Hamilton apenas rasca dos victorias en Hungría y Singapur, dos circuitos de piloto, para un quinto puesto en el Mundial.


2010 – Jenson Button – McLaren – Cuarto


Sin comerlo ni beberlo, Lewis Hamilton vuelve a encontrarse con un campeón del mundo al otro lado del box como ya le sucediera con Alonso el año de su debut. El titulo de campeón del mundo con Brawn catapulta a Jenson Button a McLaren, que forma una escuadra totalmente británica, el sueño húmedo de Ron Dennis.

Con lo que no cuenta el boss de Woking es con la pericia de Adrian Newey con los lápices. El mítico diseñador configura un coche perfecto en Red Bull que domina la temporada con Vettel y Webber pese al sideral año de Alonso con Ferrari. Hamilton queda cuarto en ese desangelado Mundial con dos victorias de peso (Turquía y Spa), pero vuelve a zanjar debates: se ha impuesto a su compañero de equipo y no hay más jefe que él en la escudería.


2011 – Jenson Button – McLaren – Quinto


La travesía del desierto ha comenzado para toda la Fórmula 1 y se vislumbra larga. El año en el que Pirelli sustituye a Bridgestone como calzador de los monoplazas, los Red Bull de Adrian Newey y Chris Horner ejercen su tiranía por todo el orbe. Pese a sus tres triunfos parciales (China, Alemania y Abu Dabi) Hamilton firma su peor año desde que está en el Mundial, superado en todo momento por su compañero de equipo, Jenson Button, subcampeón tras Vettel. Por primera vez, Lewis barrunta algo que parecía imposible, su marcha de McLaren.


2012- Jenson Button – McLaren – Cuarto


Lewis Hamilton y Jenson Button.
Lewis Hamilton y Jenson Button.

El año de la despedida de McLaren. Hamilton se ve envuelto en distintos problemas extradeportivoa, la relación con su padre se fractura y su vida personal no es esquiva a su comportamiento en la pista. Con Red Bull de nuevo en modo tirano y Fernando Alonso exhibiendo genialidades sin premio con su Ferrari, a Lewis no le queda otra que luchar por despedirse de su casa de la mejor manera posible. Lo hace en un una meritoria cuarta plaza, otra vez por delante de su compañero y  con otros tres grandes premios en su zurrón (Canadá, Hungría y Estados Unidos). Hay que matar al padre y el inglés encuentra acomodo en Mercedes en busca de un nuevo título que él cree ya imposible conseguir en la casa que lo crió.


2013 – Mercedes – Nico Rosberg – Cuarto


Lewis toma aire en busca de una nueva vida. Han pasado ya cinco años desde su coronación y llega a un mito, Mercedes, como sustituto de otro mito más grande, Michael Schumacher. El alemán deja definitivamente la Fórmula 1 tras no haber podido culminar su regreso con otro título en la escudería alemana. A Lewis le espera allí un compañero dócil, Nico Rosberg, y una estructura que volverá a lo más alto con la tecnología hibrida. Pero aún es pronto.

Mientras Vettel completa su tetralogía con el Red Bull de Newey, Hamilton comienza a adaptarse a su nueva casa y no lo hace mal. Termina cuarto, apenas una victoria en Hungría y cinco podios, en lo que es a todos los efectos un año de transición. La gloria está a la vuelta de la esquina.


2014 – Mercedes – Nico Rosberg – Campeón


Nico Rosberg y Lewis Hamilton.
Nico Rosberg y Lewis Hamilton.

Apenas un año le cuesta a Hamilton adaptarse a su nueva estructura y en su segunda temporada en Mercedes se corona de nuevo campeón del mundo.  Es el año perfecto. Hamilton no se baja del podio en toda la temporada salvo en tres carreras en las que se ve obligado a retirarse. Acumula la bestialidad de once Grandes Premios y 16 podios.  Salvo tres triunfos de Ricciardo, el resto de carreras son para su compañero, el indolente Nico Rosberg. El motor Mercedes funciona a la perfección y Hamilton lo exprime como ninguno. Lewis ya es el jefe, el tirano que siempre quiso ser. No sólo gana sino que arrasa con todos y todo. Y le gusta.


2015 – Mercedes – Nico Rosberg – Campeón


Lewis regresa a Australia como campeón, pero no luce el 1 en el morro por primera vez desde que se creó el Mundial de Fórmula 1. La FIA, en pos de la mercadotecnia, permite a los pilotos llevar su propio número y Hamilton elige mantener su 44 en lugar de presumir de título. No le hace falta. Mercedes y Lewis vuelven a mostrarse como la combinación perfecta, un cóctel explosivo que no deja prisioneros a su paso.  El inglés se hace fácilmente con el título y gana 10 Grandes Premios, aunque comete un error clave para el futuro. Con la corona ya ceñida se muestra condescendiente con su compañero de equipo, cual rey magnánimo inflado de poder. Hamilton permite a Rosberg ganar las tres últimas carreras y lo secunda en el podio. No sabe la que le espera  en unos meses.


2016 – Mercedes – Nico Rosberg – Subcampeón


Sabedor de su genialidad y contundencia como piloto y del poderío absoluto de Mercedes, Lewis hace la pretemporada como siempre le ha gustado, aunque esta vez lo deja ver públicamente. Barbados, Las Vegas… El mundo entero es suyo antes de que comience la temporada, otro año en el que no tiene que haber problemas para entrar en la leyenda del automovilismo.

Lewis Hamilton y Nico Rosberg.
Lewis Hamilton y Nico Rosberg.

Pero el enemigo está en casa. A Hamilton, que nunca ha permitido que un ‘teammate’ se le suba a las barbas ni cuando era un ‘rookie’, se le rebela el hasta entonces dócil y pusilánime Rosberg. El alemán, envalentonado tras las últimas carreras de 2015 arranca el Mundial de forma espectacular con cuatro victorias consecutivas. Para cuando Lewis quiere reaccionar y poner firmes al equipo ya es demasiado tarde. Los buenos resultados de Rosberg pesan mucho en Mercedes, que no quiere demostrar públicamente que quien manda es Hamilton. El británico remonta en la tabla, pero se encuentra con su propia medicina. Gana de forma colosal las cuatro últimas carreras, pero los segundos puestos de Rosberg le sirven para proclamarse campeón. Es un final calcado a la temporada anterior, pero con los papeles cambiados. La cara de Lewis en Abu Dabi lo dice todo. No le volverá a pasar.


2017 – Mercedes – Valtteri Bottas – Campeón


La pretemporada arranca con una sorpresa mayúscula. Nico Rosberg, campeón del mundo en ejercicio, se retira de la Fórmula 1 y no defenderá su título. Desde Mercedes niegan presiones de Hamilton sobre su compañero de equipo, pero todo el mundo mira de reojo al inglés. El sustituto del alemán vuelve a ser un dócil acompañante como se comprobará durante toda la temporada. «Creo que tengo más ritmo que Valtteri. Debería pasarle”, será uno de los mensajes más escuchados en la radio de Mercedes cuando Bottas esté por delante de Hamilton.

Con todas las cosas puestas de nuevo en su sitio, Hamilton vuelve a brindar una temporada casi perfecta con nueve Grandes Premios en su haber y el récord absoluto e histórico de poles. Apenas le inquieta Ferrari a principios de año, pero la escandalosa falta de fiabilidad de los italianos tras el parón de agosto pone alfombra roja a un nuevo título de Hamilton, el cuarto de su vida y con el que entra definitivamente en el libro de oro del automovilismo.

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