Dicen que el futuro es de los jóvenes. Y en fútbol, parece que de los jóvenes ingleses. Una colección de talento que devoró a España en la final del Mundial Sub-17 (5-2). Llegó a ir ganando la Selección por 0-2, pero los chicos que entrena Santi Denia fueron incapaces de contener la reacción inglesa y terminaron siendo superados por fútbol, por físico y por mentalidad. Inglaterra domina el mundo en categorías inferiores, ya que también son los actuales campeones Sub-20. Y campeones de Europa Sub-19 y subcampeones Sub-17. Lo que está por venir en el fútbol inglés se intuye que puede ser apasionante.

En la vitrina de trofeos de la Selección española seguirá existiendo un hueco vacío, el del Mundial Sub-17. Por cuarta vez en su historia, España se ha quedado en el segundo escalón del podio.

La Selección se mostró incapaz de gestionar esos dos goles de ventaja, cedió la iniciativa y acabó siendo barrida por un combinado que tiene tanto talento como el español, pero demostró mayor fortaleza mental. Un carácter ganador que les impidió rendirse cuando el horizonte no podía ser más oscuro y que les llevó a machacar al rival cuando intuyeron su debilidad.

El brillante Foden, un futbolista descomunal, desgarró a España por la derecha, Hudson Odoi lo hizo por la izquierda, mientras que por el centro Gibbs-White y Brewster terminaron por destruir lo poco que iba quedando en pie.

España se quedó sin respuestas ante esa demostración de personalidad y de ganas de vencer. Ni sobre el césped, ni desde el banquillo se supo encontrar el antídoto para contener la avalancha inglesa.

Avisaron nada más arrancar el choque con un tiro de Gibbs-White al que respondió Álvaro Fernández con una excelente mano. Levantó la cabeza España y gracias a un inspirado Sergio Gómez, que tomó el relevo de un desaparecido Abel Ruiz, superó la primera media hora con 0-2 a su favor. Todo parecía cuesta abajo hacia el título, pero lo que vino de ahí al final fue el desastre.

Brewster empató poco antes de que se cerrara el primer tiempo, después de un pase de Sessegnon, un puñal en la banda derecha. El golpe anímico fue demoledor y España quedó desorientada.

Gibbs-White, después de una excelente jugada entre Foden y Sessegnon, equilibró el resultado y de ahí al final Inglaterra pasó por encima de un España superada por los acontecimientos. Foden, en dos ocasiones, y Guehi completaron una goleada que quizá no refleja la distancia real que hay entre las dos selecciones, pero sí la que hubo en Calcuta.

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