Realmente resulta curioso comprobar lo extendida que está la cultura de la superstición en nuestro país. De hecho, no sé si en otras -no me he fijado-, pero en nuestra compañía aérea de bandera, Iberia, no existe la fila número 13 en sus aviones. De la 12 se pasa a la 14, así, sin más. El número 13 siempre ha sido sinónimo de mala suerte. Posiblemente esto se remonta a los tiempos de Cristo, ya que en la última cena fueron 13 comensales. Jesucristo y los 12 apóstoles. Sea como fuere el 13 siempre ha sido un número a evitar. Que se lo pregunten a nuestro malogrado Ángel Nieto, que jamás permitió que sus 13 títulos mundiales se contabilizarán como 13 si no como 12+1.
Les cuento esto para que entiendan cómo me llamó la atención comprobar que en el nuevo estadio de San Mamés, el asiento número 13 del palco de autoridades estaba reservado para el presidente del equipo contrario. Lo corroboré hace unos días cuando me encontraba de visita en Bilbao y no se me ocurrió otra cosa más original que visitar el nuevo estadio de San Mamés. Allí, una amable señorita que hacía de guía nos fue contando y desgranando todos los pormenores de la construcción, la sala de prensa, la zona mixta, los vestuarios. No me pregunten por qué, pero a mí todo eso me encanta. He tenido oportunidad de visitar muchos estadios en el desempeño de mi actividad profesional. Maracaná, el Allianz Arena, Saint Denis, San Siro, por supuesto el Bernabéu, Vicente Calderón, Camp Nou, que sé yo… incluso en Estambul el Turkish Telecom…
Tengo que reconocer que el estadio me encantó. Una construcción moderna, bonita, un auténtico estadio del Siglo XXI cuyos pormenores nos fue desgranando la guía con todo lujo de detalles. Al llegar al palco me llamaron la atención dos cosas. Primero, lo espacioso de su zona de antepalco, con una barra de bar y un área para disfrutar del catering… Y, ahí vino mi primera sorpresa, cuando nos explicaron que la única condición para optar al servicio de restauración que ponía el Athletic Club era que estuviera servido por alguno de los cinco restaurantes con estrella Michelín que había en Bilbao…
Y segundo, que el asiento reservado para el presidente del equipo contrario llevara el número 13 de los del palco. Junto a él, en el número 14 se sienta el presidente del Athletic Club, o sea, de momento Urrutia. Pero además la cuestión era que ese número 13 no estaba bordado a la misma altura que en el resto de los asientos, sino un poco más abajo, como queriendo destacar que ese asiento no era como el del resto de los mortales que tenían el privilegio de acceder a la zona noble del estadio. Ignoro el motivo por el que esto es así, pero supongo que a los responsables del equipo visitante e incluso a su presidente les debe impresionar mucho que su máximo responsable tenga que ocupar un lugar tan significativo en nuestra cultura occidental. Supongo que, incluso, algunos hasta lo agradecerán.