El túnel de vestuarios de Stamford Bridge, el campo del Chelsea, es muy estrecho, casi un pasillo. El pasado 30 de septiembre, al término del partido entre los azules de Londres y los de Manchester, el City de Guardiola, desfilaban del césped al vestuario los jugadores, los entrenadores y el cuerpo técnico de ambos equipos. En el camino, Enric Folch, un periodista catalán que vive en el Northern Quarten de Manchester y trabaja para Mediapro, vestido con el chubasquero granate oficial del City, los veía pasar cuando el preparador físico del equipo, Lorenzo Buenaventura, le cogió de la mano: “Vente”. Él y su cámara entraron en el vestuario de un equipo que acababa de ganar por 1-0 al actual campeón de la Premier.
Desde afuera se escucharon los cánticos: “Ooooh Kevin de Bruyne!!!”.
-“¿Avui tens caviar, no?” le preguntó unos minutos después Manel Estiarte.
-“He flipat!!!”, le contestó Folch, que tiene grabadas esas imágenes. Y muchas más desde que el City y Amazon llegaron a un acuerdo para vivir desde las entrañas el día a día del equipo. 10 millones de dólares tienen la culpa de ello. “Es la esencia de un vestuario”, reconoce uno de los empleados del club. “Sólo esa imagen justificaría cualquier inversión”, admiten en el departamento de comunicación.
Han grabado tantas cosas, empleados del césped incluidos, que el documental promete. Tienen caviar… pagado a precio de caviar.
Eso es, justamente, lo que está acumulando el equipo de Mediapro para el documental de Amazon: las entrañas del Manchester City. No quieren periodistas, pero acaban recurriendo a uno de los mejores para entrevistar a Guardiola y descubrir cosas que desconocen, como que a Pep le gusta el golf. Y al tiempo trabajan con un equipo de cámaras, sonoristas y productores de altísimo nivel .
«Los 10 millones de dólares que paga Amazon al City acabarán saliendo baratos”, avisan los que han visto unas imágenes que se tenían que haber presentado esta semana de no ser porque las denuncias de acoso sexual sobre Harvey Weinstein, uno de los dueños de la cadena, lo han impedido.
Pero en los despachos mancunian están más que contentos y admiten que les tocó la lotería: “En medio de las negociaciones apareció Netflix y sacamos beneficio”, reconoce un alto cargo del conjunto azul que, claro, se escuda en el anonimato. De hecho todos los involucrados en el proyecto han firmado una cláusula de confidencialidad que les impide dar detalles. Manel Huerga, que asume en nombre de Mediapro la dirección del proyecto, despacha de malas maneras la llamada de ‘A la Contra’. Como él, su equipo, al que es fácil encontrar por los bares de Manchester.
Pero los 10 millones de dólares que va a cobrar el City a costa de tener una cámara en la nuca de Pep, y de lo que sucede a su alrededor, tienen una razón de ser y son muy evidentes. Se justifican por sí solos viendo las imágenes, por ejemplo, que Huerga ha grabado en un hospital de Barcelona con Mendy. “Son espectaculares. Dan idea de lo que es un equipo y justifican la razón de este documental”, cuentan desde los despachos.
La idea original del documental señala a Ferrán Soriano y remite a “FCB Confidencial”. Al que se grabó sobre el New York City y se estrenó en el Festival de Tribeca, que en ambos casos corrió a cargo de Justin Webster. Por un problema de agenda, Webster renunció a este del City.
A Guardiola en su momento la idea le motivó cero, así que se buscó la trampa de involucrar a su amigo David Trueba. Tocaron en hueso: Trueba habló con Pep y descubrió que no estaba por la labor, porque bastante faena tenía al llegar a Manchester como para perderse en tonterías. Así que lo dejaron correr en el minuto cero.
Pasó un año, pero Soriano no se olvidó de la película. Volvió a recurrir a Webster y Roures insistió consciente de que a Amazon le funcionó lo del NY City y estaba interesado en la idea. Además, había vendido un producto semejante con los Cardinals en la NFL y se lo pusieron a huevo. No fue fácil, en cualquier caso y hubo muchas reuniones hasta que en la gira por Estados Unidos, el pasado verano, Manel Estiarte logró convencer a a Guardiola, con la excusa de que en el Barcelona se habían perdido un homenaje. Gran parte de la culpa la tiene un documental que acaba de ver la luz: “Take the de ball, pass the ball”, de Graham Hunter, en el que se ilustra el Barça de Pep solo con las voces de los protagonistas. En base a todo ello, Pep accedió siempre y cuando los jugadores dieran el visto bueno a meter una cámara en el vestuario.
Pep sólo puso una condición: “Lo que diga el equipo”. Esperaba un no. Fue un sí.
Sucedió durante la gira por Estados Unidos, el pasado mes de julio, cuando ejecutivos de la empresa americana se reunieron con Vincent Kompany para explicarle el proyecto. El belga lo llevó al vestuario y el equipo dio su bendición. Y aunque hay quien todavía no está cómodo con Folch y sus chicos deambulando por los pasillos, es cierto que los jugadores empiezan a ignorar la presencia de la cámara. Gracias a la profesionalidad del equipo de Mediapro, que aún no ha grabado una charla de Pep. “Todo llegará”, dicen en el club conscientes de que este año esperan grandes momentos.
Y ahí esta la cámara, al servicio de un proyecto “que crece a medida que avanza la temporada”, advierten en las altas esferas del club, que señalan a Manel Estiarte como interlocutor entre la entidad y el equipo de rodaje para salvaguardar al vestuario. Y agradecen su gestión. Estiarte tampoco habla. Folch no coge el teléfono. Pero según un alto cargo del City, “lo que esta haciendo no tiene precio”.
Los hermanos Gabriele y Lucca Stiffani, y Leiton, empiezan a hacerse invisibles, incluso cuando entran en el despacho de Txiki para grabar conversaciones con Omar Barreda, la mano derecha de Soriano. Se meten en la cocina con Silvia Tremoleda, la dietista, o en la sala de análisis de los partidos para ver cómo los ayudantes de Pep –Domench Torrent a la cabeza- diseccionan el juego de un rival. Ya forman parte de la familia citizen y tienen acceso a zonas en las que no se admite a la mayor parte de empleados del club. El límite de hasta dónde pueden llegar lo pone Manel Estiarte, a quien en las altas esferas del club no sólo se agradece haber convencido a Pep para que acceda la grabación, sino que se bromea al respecto de que se le firmará la autoría del guion del documental.
Mientras, los jugadores están comprometidos, pero hasta cierto punto. Es verdad que incluso el Kun Agüero ha pasado ya por la sala de entrevistas –que en principio no existía–. Es un tema que se ha incorporado las últimas semanas al proyecto, pero también es verdad que muchos han mostrado su rechazo al tema, al sentirse incómodos en según qué momentos por ver una cámara demasiado cerca de según qué situaciones. Por ejemplo, al término de los partidos.
En ese sentido, la idea crece y se modifica y vuelve a crecer sobre sí misma en base a una realidad: un equipo de fútbol es imprevisible. Será por eso que uno de los capítulos parece destinado a Mendy, tras su lesión y después de haber grabado imágenes del doctor Cugat y el lateral francés previas a la operación y su posterior recuperación en Barcelona. Su personalidad lo justifica por sí solo. Todo lo referente al francés en el hospital lo ha documentado, cámara en mano, el director de proyecto, Manel Huerga, que atiende la llamada pero no da explicaciones.
Mientras Pep y su City trabajan para ganar el título de la Premier, por 10 millones de dólares, Amazon da fe de cómo lo hacen. Y en la plaza del ayuntamiento de Manchester se sirven salchichas a cinco euros, con excusa de celebrar la Oktorberfest.
Todo tiene un precio en esta vida.
Brutal